Ángel Hidalgo (-9) ha completado este viernes la vuelta de su vida en la segunda ronda del Estrella Damm Andalucía Masters. Tarjeta de 63 golpes en Valderrama. Iguala el récord del torneo. Palabras mayores. Ocho birdies y ningún bogey. Master class en los greenes y sus alrededores. Esta es la sinopsis de la jornada, pero hay mucho más de fondo.
Si le llegan a comentar a Hidalgo hace un par de semanas que iba a hacer esta vuelta en el coloso de Sotogrande, no se lo hubiera creído. Si se lo hubieran dicho esta mañana justo antes de pegar la salida en el tee del 10, probablemente habría soltado una carcajada. El swing no fluía. No se sentía cómodo sobre la bola con las maderas ni con los hierros largos. Esto en Valderrama es prácticamente sinónimo de tragedia.
Hidalgo lo sabía. «Verá como la lío, verás como la lío hoy…», se repetía a sí mismo casi en cada golpe largo en sus primeros hoyos del día. Mientras, al mismo tiempo, iba rebuscando en su arsenal de recursos un remedio de emergencia. Lo mejor de Ángel es que siempre encuentra la manera de tener un plan b. Es muy consciente de que el golf no es el juego de la perfección, como bien definió en su día el maestro Bob Rotella, y lo único que cuenta es hacer las menos posibles.
Tiene 24 años, es malagueño, muy madridista y se crió en Guadalmina. Prácticamente desde que agarró por primera vez en su carrera un palo aprendió que la clave de este deporte es hacer pocas. Lo que menos cuenta es cómo las hagas. Por este motivo, desde sus inicios tuvo la capacidad de construir un swing de emergencia en situaciones difíciles. «Es lo que nosotros llamamos ‘guarrear'», asegura medio en broma medio en serio con una sonrisa su entrenador Juan Ochoa. «Es un maestro en eso. Es algo más que un recurso. Cuando no se siente bien con el juego largo, tiene la capacidad de ponerla ahí, en juego, casi como si estuviera pegando al wedge. No hace muchos metros, pero encuentra la calle», asegura.
Este recurso tiene un valor incalculable en la bolsa de cualquier golfista, pero no vale para cualquier campo. En Valderrama se adapta de maravilla porque no es muy largo. Ángel la pone en juego y después puede pegar a green aún con un palo largo. Mientras otros van descosiendo los híbridos y las maderas 3 desde los tees, él la va ‘poniendo ahí’ con el driver.
Después, claro, hay que hacer mucho más para firmar ese estruendoso 63. Hidalgo ha dado una exhibición de juego corto. Empezando por el 10 ha hecho cuatro recuperaciones fabulosas en los hoyos 12, 13, 14 y 15. Ahí ha estado la clave de la vuelta. Esos pares le han dado el impulso para construir la maravilla que posteriormente ha ejecutado. Hizo el birdie en el 17, después otro más en el 18 y se puso a levitar entre los hoyos 3 y 6 con cuatro birdies consecutivos. Un recital. Hoy ha necesitado sólo 22 putts para completar los 18 hoyos. Un escándalo.
«Es verdad que el juego largo no lo tenía muy fino esta mañana, pero desde que ha llegado al campo de prácticas y ha hecho el primer approach me ha dicho, papá, hoy siento muy bien el blaster, lo noto de maravilla», reconoce Ángel senior a Ten Golf. Y tanto. Una vuelta que no olvidará en su vida para seguir en la pelea por mantener la tarjeta en el Circuito Europeo. Aún quedan 36 hoyos, pero lo de hoy ya no se lo quita nadie.
Tal ha sido la exhibición de Ángel que ahora mismo, una vez acabada su ronda, tiene cuatro golpes de ventaja sobre el segundo clasificado de entre los que ya han terminado su segundo día, el escocés Robert MacIntyre (-5). El siguiente es Thriston Lawrence (-4) y después hay que ir a los -2 de Richard Mansell y Rasmus Hojgaard. Aún quedan los partidos de la tarde y alguno que debe terminar por la mañana, pero el hueco que ha abierto es más que curioso.
