Pesan los años y ya uno no madruga como antaño aun sin trasnochar. ¡Qué vida ésta! Todo en orden, as usual, en el hostal Drago, pero al salir a la terraza a desayunar, medio adormilado, en la vinoteca o licorería de enfrente leo: “El corazón de Rahm”. Tenemos al campeonísimo español hasta en la sopa y eso que no ha venido. Eso pensé. Craso error. Mi lectura rápida y atropellada fue otra justo después: “The heart of rum”. El corazón del ron es una publicidad de la marca Diplomático. No se pronuncia igual pero para un tarugo con el inglés y encima con legañas lo parecía. Quizás fuera una señal y la garra del vasco darían fuerza a los españoles en esta tercera jornada. O más bien era un guiño a que yo comprara un décimo del Gordo nada más quincarlo (un hurra por los andalucismos) en la barra. 21697. Tuve un pálpito, como todos. El 22 de diciembre, viernes para más señas.
Empezamos las caminatas con Ayora y las terminamos con Hidalgo. De Ángel a Ángel. El chaval de La Cañada lo hizo bien, por mucho que ese +3 en el día le escueza. Sólo tiene que echarle un ojo a la vuelta de Kjeldsen, con trienios de rondas en Valderrama y fabulosos resultados, pero que se zampó este sábado un +7 que lo conduce al penúltimo partido dominical. Tuvo el honor de compartir terna con Andrew Wilson, mejor vuelta junto a Jamie Donaldson y Joachim Lagergren con menos cuatro hasta que llegó el líder Otaegui (64) para reventar el resultado, aunque del inglés nos enamoró sobre todo su rapidez; lo ve claro, apunta y enchufa… muchas.
Cambiamos de caballo. A por el partido estelar. Arrastraba afición, sin ser una locura. Otaegui empezó como un tiro y mantuvo la marcheta de líder sólido hasta el final, con Hidalgo y Min Woo Lee a rebufo. El malagueño se saca unos golpes de la chistera de aúpa, como un hierrazo (bueno) en el 9, después de estamparse con una rama con un hierrazo (malo) previo. Estilo heterodoxo que funciona, como los triples de Chechu Biriukov o Chicho Sibilio (qué de ches).
Entretanto, la comidilla de la semana (y del año) es el LIV, el circuito montado con los petrodólares saudíes y que tiene en jaque al golf mundial. Ibas por el campo y había susurros sobre el cisma o cristo que hay montado. “Otaegui es de LIV”, dijo uno. Otro: “Valderrama deja el Circuito Europeo y se va con los saudíes”. “Han reventado todo los saudíes por el dinero”, suelta uno más allá. Tantos comentarios por lo bajini me retrotraen más a mi época de crío, cuando el hermano mayor de algún compañero de clase iba susurrando a diestro y siniestro que tenía en sus manos una ‘Lib’, una revista erótica española (“sugerentemente libre”) de los 70 y 80. Del destape de la Transición al destape de los jugadores que se piran del PGA Tour y del DP World Tour por la guita. Que está muy bien, faltaría más, pero ya puestos, mejor irse siendo agradecidos y con la cabeza alta, no soltando barrabasadas por la boca.
