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LAS PELOTAS DE SERGIO

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Por David Durán, redactor del diario MARCA

Es curioso: si Sergio hubiera ganado el Open  el domingo pasado con una vuelta de 72 golpes (uno menos de los que hizo: UNO MENOS) ninguno hubiéramos pensado, como lo hicimos, que “un ‘major’ no se puede ganar haciendo +2 el último día…” ¿O es que sí se puede ganar, definitivamente, haciendo +1? Porque eso, +1, hubiera bastado. A ver, repitan conmigo: +1 y +2. ¿Cuál es la diferencia?: en efecto, un golpe…

La capacidad de análisis que tenemos todos es, en realidad, muy pobre. Conclusión: un Open, y cualquier torneo, se gana y se pierde de jueves a domingo. Quizá no nos parezca una brillante sentencia, pero ésta es al final la única realidad. Porque Richard Green firmó un 64 el último día y, qué cosas, tampoco le valió para ganar.

 

Supongo que todo esto nos lleva a otro análisis, muy común en los últimos días: “a Sergio le puede la presión los domingos”. Es muy probable que incluso el mismo Sergio lo piense en ocasiones. Yo le diría: bendito seas por haberte podido dar la oportunidad de experimentar lo que pasa por la cabeza de un deportista en una situación tan complicada, tan enrevesada en el aspecto psicológico y emocional. Eso ya es mucho. Es un reto maravilloso y así lo debes sentir.

 

 Sergio García se expone a este tipo de comentarios precisamente porque su excelencia como jugador le sitúa casi cada año en ese ‘disparadero’. Bendito disparadero. ¿O es que preferimos a jugadores notables que a la hora de la verdad no sienten la presión los domingos… porque llegan a ese día a ocho golpes del líder? Yo me quedo con Sergio, indiscutiblemente. Gane un ‘major’ o no. Me fascina y emociona esa tozudez de caer ante Tiger en 2006 en Hoylake y estar ahí, de nuevo, en 2007. Me encantaría, por ejemplo, ver a la selección española de fútbol perder una final detrás de otra… ¿Y no le gustaría más a usted que ganara alguna de esas finales? Nos ha jodido mayo con las flores…

 

Me indigna que se pueda escribir en un periódico si a Sergio le faltan pelotas o no para ganar un grande. ¿Y al resto de jugadores, salvo a Harrington, qué les faltó entonces en Carnoustie?  ¿De verdad alguien piensa que Sergio García es un niño bonito al que le llueven del cielo estas oportunidades y él las deja escapar por falta de pelotas? Yo más bien pienso que Sergio se lo curra a diario, y disculpen la expresión, con dos cojones. Sin dos pelotas nadie se puede dar la maravillosa opción de llegar al tee del hoyo 1 de Carnoustie el domingo con tres golpes de diferencia sobre el segundo. Porque, y si Sergio gana un grande antes o después, ¿será que entonces sí tiene pelotas y antes no las tenía? ¿Le ha faltado hombría, a juicio de determinada prensa anglosajona, a Colin Montgomerie a lo largo y ancho de su exitosa carrera para no haber podido rematar alguna de las numerosas ocasiones que tuvo de ganar un ‘major’?

 

Si llega un grande, que llegue, y bien que lo vamos a celebrar. Y si no es así, insisto, me quedo con los que están ahí, en la brecha, y logran ponernos el corazón e un puño y desbordar nuestras emociones el domingo… Y el jueves, y el viernes, y el sábado.