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Los veinte años del Volvo Masters I

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El Volvo Masters, la Gran Final del Circuito Europeo que tiene lugar esta semana en el Club de Golf Valderrama, cumple veinte años. María Acacia López-Bachiller, jefa de prensa del torneo, ha recopilado la opinión de varios periodistas de muy diversos medios que han vivido esta cita año a año…

 

 

JOHN HOPKINS, THE TIMES

Hay que ver todo lo que Valderrama ha cambiado en estos años, lo diferentes que son la Casa Club y el Centro de Prensa, y los hoyos que han cambiado completamente su fisonomía y son totalmente distintos a lo que eran; por todo ello, cuando pienso en Valderrama me vienen a la cabeza cosas que no han cambiado. Si es octubre o noviembre, ¡debe ser Valderrama! Un vuelo a Gibraltar o Málaga y un paseo por la costa, para llegar al club. Los alcornoques son los mismos, el viento de poniente continúa soplando en la misma dirección, el Levante en la opuesta. La vista del green del 11 es tan magnífica como la comida en la Casa Club. Este es mi decimonoveno torneo, y la frase que me viene a la cabeza cuando echo la vista atrás y trato de resumir todos estos años desde 1987 es: “Plus ça change, plus c'est la meme chose" (Por más que cambie sigue igual). Una frase en francés no es la más adecuada en España, pero da el pego.  

 

MIGUEL NIETO, DIARIO SUR, COSTA DEL GOLF

Veinte años no son nada o, en cambio, son justo mucho. Es el caso de este torneo con tanta alma como bellotas. Lo del fruto apepinado  no es asunto bobo en tiempos convulsos donde demonizar el golf y sus gentes se ha convertido en deporte nacional. Valderrama y Andalucía conforman una alianza insuperable merced al impulso del Volvo de los maestros. Su impacto deportivo, económico y de imagen se lo saben al dedillo. Déjenme que, más rupestre, me fije en las bellotas, paradigma de por donde debe discurrir en esta tierra el futuro de este deporte: grandes torneos, mejores jugadores y soberbios recorridos como bandera. El Volvo Masters no se podría entender sin Valderrama, este campo nemoroso tachonado de alcornoques donde las bellotas –aparte de entrar en juego– junto con sus nutrias, avifauna y flora conforman en sí mismo un paraíso natural ¿Respeto al medio ambiente, desarrollo sostenible, sentido común, hito deportivo? Aquí tienen prebostes, aficionados y detractores un modelo a seguir. No hacen falta hojas de ruta para avizorar el camino del progreso del golf en esta tierra, emporio europeo del verde. Basta con una senda. Pero no se engañen, no es un torneo para belloteros. Lo comprobarán, veinte años después. Disfruten.

 

RUBÉN ALMAGRO, EUROPA SUR, DIARIO DE CÁDIZ, DIARIO DE JEREZ

Veinte años que han cambiado nuestra vida

Hace ya dos décadas, cuando el golf de élite empezó a aterrizar en San Roque, cuando La Cañada era más una quimera que otra cosa, emplear cuatro o cinco páginas en contar lo que sucedía en las primeras ediciones del Volvo Masters se consideraba más ‘el capricho de un periodista joven que acabará por darse cuenta de que esto no lo interesa a nadie’ que otra cosa. Veinte años más tarde, este deporte se ha consagrado en uno de los principales motores económicos del Campo de Gibraltar por su condición de reclamo turístico y toda atención parece poca por parte de los medios de comunicación.

Es una forma como otra cualquiera de decir que el golf  ha cambiado la vida de esta comarca y no sólo por la celebración de grandes citas, sino porque se ha constituido en una oferta deportiva que, especialmente para los jóvenes sanroqueños, tiene un atractivo gigantesco. Una de las pruebas de esta metamorfosis es que los chavales de la zona no sólo quieren ser ya Ronaldinho o Casillas, ahora también sueñan con emular a Tiger Woods o Ernie Els e incluso a Juan, Daniel, Raúl y por supuesto Álvaro Quirós, héroes cercanos que ya han demostrado que saliendo de las calles de Guadiaro se puede llegar a lo más alto del circuito europeo. Y los que vienen por detrás lo hacen apretando.

Durante estos últimos veinte años, en los que Valderrama ha acogido una Ryder Cup, pruebas del Campeonato del Mundo y Volvo Masters más que suficientes para demostrar que es un escenario de ensueño, han paseado por sus calles los mejores jugadores del planeta. Todos, recibidos con un enorme respeto preñado de admiración. La admiración de una afición que cada vez entiende más. Y es que ya hace mucho que acudir al último torneo del circuito europeo es sólo una cuestión social. En eso, también se ha producido un cambio radical en las dos últimas décadas.

 

ANTONIO TOMÁS, AGENCIA EFE

Que no falta detalle en el Volvo Masters es algo que apreciamos todos los que concurrimos a este torneo de fin de campaña, unos para trabajar y otros, más afortunados aún, para seguirlo como aficionados al golf. En su vigésima edición, Volvo vuelve a dar la talla: instó al Comité de Jugadores del circuito a que cursara invitaciones para los antiguos campeones. Lyle, Rafferty o Cejka, por ejemplo, estarán este año en Valderrama. La medida es más que plausible, y esperamos que para la vigésimo quinta edición haya más sorpresas en esa línea y, sobre todas las cosas, que el torneo siga disputándose en suelo andaluz.