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El psicólogo Manuel Salgado analiza la semana de Jon Rahm en Valderrama

¡Qué palo, Jon!

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Jon Rahm, en el Estrella Damm Andalucía Masters. (© Golffile | Eoin Clarke)

Llegaba Jon Rahm a Valderrama con la vitola de número 1 del mundo y, por tanto, firme candidato a ganar el Estrella Damm Andalucía Masters.

Sin embargo, en el deporte, como en otras parcelas de la vida, la cuestión no es tanto de dónde vienes, sino más bien cómo estás en ese momento, en cuánto a límite físico y mental se refiere.

El jugador español llegó a España sabiéndose importante para darle un empujón al golf nacional, consciente de que se ha convertido -hace tiempo ya- en el nuevo icono de este deporte en nuestro país y casi en Europa.

Como dice el título de la obra escrita por los periodistas David Durán y Alejandro Rodríguez, se trata de un jugador: “…señalado por los Dioses”, en el sentido de tener una enorme capacidad para superar adversidades y contratiempos, como le pasó en los JJOO de Tokio, cuando finalmente no pudo asistir por su positivo en COVID19, a última hora.

Pero hasta los más fuertes tienen su tope, su barrera en la que su cuerpo y/o su mente dicen basta, no podemos seguir, ante lo cual poco o nada se puede hacer.

Fue esto mismo lo que pasó a este excepcional jugador hace unos días en este torneo mencionado, en el que Rahm cayó en la segunda ronda, no siendo capaz de pasar el corte, tras firmar su segunda peor tarjeta como profesional… ¡ahí es nada!

Quizás para muchos, el vasco no fue “Rahmbo”, no fue ese golfista que renace de sus cenizas cuando el campo se pone en pendiente y logra recuperarse para alzarse con la victoria.

Si usamos el enfoque resultadista, se puede pensar que su paso por Valderrama ha sido un fracaso, algo que sólo sería compartido desde el no cumplimiento de las expectativas de resultados de quien llega como mejor jugador del mundo y de quien se espera esté luchando por la victoria hasta el último golpe.

Desde mi posición como psicólogo del deporte, en esta ocasión, Rahm fue más Jon que nunca, dejando frases que denotan su enorme madurez mental y que se recogen de sus declaraciones: “El año ha sido muy largo”, “Más que el cuerpo, la mente ya no me daba para más, voy a colgar los palos las próximas cuatro semanas y a hacer cualquier otra cosa”, “Necesito descansar”, “A veces hay que entender que el descanso es parte del entrenamiento”.

Si nos centramos en lo que significa dar ejemplo -que es otro factor a tener en cuenta en los deportistas de élite- Jon se ha puesto a la altura de los Gasol, Nadal, Biles, Federer y otros muchos que, en un momento determinado, dijeron ¡Basta!

Pero hagamos un breve análisis de lo ocurrido a través de preguntas propias del VAR emocional, teniendo en cuenta que son inferencias generadas desde sus declaraciones y mis conocimientos en Psicología del Deporte.

¿Se equivoca al elegir disputar este Estrella Damm Andalucía Masters?

Si sólo miramos que él mismo sabía que no estaba en su mejor momento mental, podría responderse afirmativamente; no obstante, como se recogen en algunas de sus frases, su paso por Valderrama no sólo tenía un sentido de competición, también había un punto de imagen para apoyar al golf español, de manera que influya en la motivación de muchos jóvenes por practicarlo.

Además, las derrotas o expectativas incumplidas son magníficas oportunidades para mejorar y crecer desde el análisis de lo que ha ocurrido.

¿Llegaba muy confiado a la competición?

Es una pregunta que requeriría una conversación con él, pero aparentemente muestra un nivel de confianza generado desde el trabajo y el esfuerzo, por lo que es normal que él sea consciente de que cada competición es distinta y que ser el número 1 del mundo es momentáneo, teniendo por ello que luchar por cada bola de cada hoyo de cada torneo.

¿Cualquier deportista puede llegar a padecer fatiga mental?

Como persona que es, un deportista está en riesgo de sufrir el síndrome de estar quemado (burnout), con el que llega a saturarse de hacer lo que más le gusta, bien por exceso de entrenamiento o de competición… o incluso de ambas circunstancias.

Por eso, en la preparación de la temporada es tan importante programar los tiempos de descanso, ya que como dice el propio Rahm: “…meter más horas de entrenamiento no significa competir mejor”. Esto es algo comparable a lo que les sucede a las personas que se preparan unas oposiciones.

¿Qué debe hacer ahora Jon Rahm?

Justamente lo que él dice: “…no tocar un palo de golf durante semanas”, no como conducta evasiva o de rechazo, sino como parte de su preparación mental para el siguiente torneo. Debe “limpiarse mentalmente” y recuperar buenas sensaciones para de nuevo saltar al campo con las mismas opciones de triunfo que antes.

Será importante que valore su paso por Valderrama y cierre ese capítulo, sin temores a que se reproduzca en el futuro, algo que obviamente no podrá controlar al 100%.

¡No lo toques de momento, Jon!

*Manuel Salgado es psicólogo deportivo que, entre otras ocupaciones, trabajó en el Sevilla Fútbol Club.