Ayer tocó otra vuelta de entrenamiento. Todo repaso que se pueda hacer es poco, sobre todo cuando llegas a un campo que no conocías previamente. Como ya dije ayer, está en unas condiciones espléndidas.
La principal novedad de la vuelta de prácticas es que compartí diez hoyos con Hunter Mahan, ya sabéis ganador de seis torneos del PGA Tour, dos de ellos Campeonatos del Mundo… Casi nada. Fue una buena experiencia, divertido, y también te hace pensar.
Sólo hay que ver los resultados para saber que Mahan no está atravesando su mejor momento y la verdad es que se ve muy rápido jugando con él. Se le nota muy preocupado con la técnica, tratando de buscar algo. Hace muchos gestos… En fin, que cómo es el golf, ¿no? Hay que disfrutar y valorar mucho los buenos momentos porque nunca se sabe.
Durante la vuelta me estuvieron siguiendo unos hoyos los chicos de Movistar Golf y me hicieron una entrevista. Todo está siendo nuevo esta semana, pero bien, sintiéndome muy a gusto y pensando en que nunca se sabe, pero esperemos que no sea mi última vez en este torneo o en el PGA Tour. Ya lo dije ayer y lo repito porque estoy convencido de que puede ser así.
Lo que más me llamó la atención del martes fue la fiesta de bienvenida del torneo. Me invitó la gente de OHL y fue espectacular, por todo lo alto, fuegos artificiales, mariachis, comida de todo tipo… Estuve con los españoles que andan por aquí y la verdad es que lo pasamos muy bien, que al fin y al cabo es de lo que se trata, de disfrutar y de trabajar. Las dos cosas.
En la cena tuve el honor de conocer a Juan Miguel Villar Mir, dueño de OHL, así como a su gente y sus invitados. Fue todo muy agradable. Estoy muy agradecido de estar aquí, ya se lo dije a ellos durante la cena, y aprovecho este espacio para reiterarlo.
Hoy es el día del Pro Am, pero yo no lo juego… Mañana os cuento más. Casi entramos en capilla para el comienzo del torneo. ¡Vamos!
