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Andrea Revuelta califica con un 9,5 su excepcional año meses antes de enrolarse en Stanford

«Que me comparen con Tiger y Zhang es demasiado fuerte, pero vale…»

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Andrea Revuelta
Andrea Revuelta, en el pasado Andalucía Costa del Sol Open de España. © Tristan Jones | LET

Séptima clasificada en el Andalucía Costa del Sol Open de España, igualada con la fabulosa Celine Boutier y por delante de su admirada Carlota Ciganda. Fue un colofón extraordinario a la gran temporada que ha firmado Andrea Revuelta Goicoechea, una de las joyas de la corona del golf amateur femenino español. «Un 9,5, sobresaliente», así evalúa la madrileña de 17 años su año deportivo a pocos meses de cruzar el charco para enrolarse en Stanford, junto a su amiga Paulita Martín. Su reto marcado en rojo en este 2023 era obtener plaza en la prestigiosa universidad donde cursó estudios Tiger Woods y donde aún debe terminarlos Rose Zhang. «Que me comparen con ellos me parece demasiado fuerte, pero vale…», dice entre risas.

No sólo ha llamado la atención el final de campaña de Andrea en el Real Club de Golf Las Brisas. Viene pisando fuerte desde hace tiempo y este 2023 sólo ha hecho corroborar su meteórica progresión golfística. Este pequeño currículum de estos meses así lo demuestra: campeona de España absoluta, decimosexta en La Sella Open, victorias con el equipo europeo en la Solheim y la Ryder Júniors, campeona de Europa sub 18 por equipos, cuarta en el Junior Invitational, octava en el World Junior Girls Championship, novena en The Women’s Amateur y en el R&A Girls Amateur Championship… Una merecida calificación de 9,5, sin duda. En 2022, por cierto, se adjudicó con Cayetana Fernández y con Paula Martín, sus ex compañeras del Cetema y hoy en la NCAA, el Mundial Júnior.

Revuelta, otra niña prodigio de la prolífica cantera española, se empezó a enganchar junto a Álvaro, su hermano mayor, por la afición de su padre al golf y sus dos hermanas pequeñas, Ángela y Amanda, también se desenvuelven bien con la bolsa de palos. El Equipo A, podríamos decir, llamándose toda la prole con nombres que arrancan con esa letra.

Andrea Revuelta
Andrea Revuelta. © Tristan Jones / LET

«Estoy muy contenta con mi año, le doy un 9,5, sobresaliente», celebra la madrileña. «Mi objetivo principal era entrar en Stanford el próximo verano y lo he conseguido. Y además he logrado todo lo demás, que está fenomenal, así que estoy muy orgullosa con el trabajo, no podía haber salido mejor», resume Andrea, que da realce por encima del resto al Andalucía Costa del Sol Open de España y al triunfo en la Ryder Júnior. En La Zagaleta, en la PING Júnior Solheim, también participó en el éxito europeo contra las yanquis y en Finca Cortesín, donde esa semana se celebró la Solheim Cup, tuvo la ocasión de conocer a Rose Zhang, cuya meteórica carrera universitaria propició que se pasara a profesionales tras su segundo año en Stanford y, días después, ganara el título en su primer torneo con el nuevo estatus: «Hablé un poco con ella, me presenté y tal pero se tenían que ir y fue muy rápido. Es una niña encantadora. Imagino que la veré porque voy a hacer mi visita a Stanford en febrero, estaré con las del equipo y ella a veces va a entrenar al campus y quizás nos veamos». Seguramente así sea, pues la californiana de origen chino tiene pendiente exámenes.

Seguramente tirará por Letras, aunque ignora por qué carrera se decidirá cuando se vaya a la NCAA. Desde luego, no duda en nombrar a un ilustre cardinal entre sus referentes. «Tiger Woods me parece el claro ejemplo de superación y también admiro mucho a Rafa Nadal y a Kobe Bryant. Y por supuesto me encanta Carlota Ciganda, que además de gran jugadora fuera del campo es muy buena». Stanford y la alargada sombra de Tiger… «Que me comparen con él y con Rose Zhang me parece demasiado fuerte, pero vale… Mucha gente dice: ‘Siguiendo los pasos de Tiger y de Rose Zhang’. Bueno, tampoco me parece, ¿eh? Jajaja», subraya como chanza.

Tendrá una aliada en Paula Martín cuando llegue a La Granja, como se conoce popularmente al campus de Stanford. La también madrileña fue pionera al obtener la primera beca completa de golf de un español en el ilustre centro: «Sí, hemos hablado mucho, me ha contado y está encantada. Tengo muchísimas ganas de poder vivir la experiencia con ella, que ha hecho un comienzo de temporada muy bueno, sacando grandes resultados», narra Revuelta, quien pone en valor el talento de las nuevas hornadas de la Armada femenina.

«En el golf amateur femenino en España ha llegado una generación muy, muy fuerte que nunca se había dado, tanto las chicas de mi quinta, como Cata (Fernández), Paulita (Martín), Rocío (Tejedo), Anna (Cañadó), Cloe (Amión), yo… y luego están las que son un poco mayores como Carolina (López Chacarra), Julia (López), las dos Carlas (Bernat y Tejedo)… Han sido dos grupos muy fuertes que han sobresalido. Lo que hemos hecho este año ganando el Europeo absoluto y el sub 18 es una cosa muy fuerte. Y se ha visto también cuando vamos a los torneos profesionales y lo hacemos muy bien. Hay muy poca diferencia entre las amateurs y las profesionales», celebra Andrea, que compartió con Rocío Tejedo un septiembre de aúpa: «Jugamos la Solheim Júnior, después la Ryder Júnior y luego nos fuimos al Mundial de Canadá y muy bien. Es una muy buena jugadora y este año lo ha hecho muy bien», sostiene la vigésima tercera jugadora del ranking mundial amateur.

Andrea presume de su driver («soy muy recta y no le pego corto») y de su putt, aunque entiende que tiene margen de mejora con los hierros. Abandonada otra de sus pasiones como el ballet y aparcada otras de sus aficiones como es el piano («es muy complicado compaginarlo todo aunque a veces intento tocar»), su vida está enfocada por completo al golf: «El objetivo es hacerme profesional y por ahora va viento en popa», resume Revuelta, que sabe que para llegar alto, como su admirado Nadal, hay que sudar sangre y trabajar a destajo: «Al final es como todo. El que algo quiere, algo le cuesta, pero soy consciente de que siendo niña sacrifiqué muchas cosas, muchos planes, pero creo que ha merecido todo la pena. Las experiencias que he podido vivir y estoy viviendo ahora son increíbles. Hay que sacrificarse mucho si quieres llegar lejos, no hay otra».

De momento, el año ha salido redondo, de 9,5, a la espera de que el inicio de 2024 sea parecido y en enero le confirmen su presencia en otro torneo con el que sueña desde cría: el Augusta National Women’s Amateur. Y luego Stanford, el nido donde se criaron Tiger y Zhang, esos dos ídolos con quienes no quiere ser comparada, pero nunca está de más poner el listón en el cielo…