Arrolladora. Competitiva. Valiente. Maestra… en Augusta. Cata Fernández García-Poggio, con todos sus apellidos en la tabla clasificatoria, tuvo un final apoteósico en el Augusta National Women’s Amateur (ANWA), aperitivo de The Masters convertido en un banquete para la jugadora madrileña, cuarta en solitario, que supone el mejor resultado del golf español en el ilustre evento para las mejores aficionadas del planeta. El colofón, insistimos, fue de ensueño, el que habría firmado cualquiera en tan magno escenario: birdie y birdie para firmar la segunda vuelta del día, jugar bajo par y terminar con -3. ¡Pero qué dos birdies, madre del amor hermoso! Una hora y media después al fin rompió el mal fario, no sin suspense, la número uno del mundo, Rose Zhang, que derrotó en el desempate a la combativa Jenny Bae después de una horrorosa vuelta de la gran favorita, que acabó con -9 tras hacer +4.
«Vamos a por todas y quiero dar espectáculo». Pues vaya si lo dio la joven española, que hizo un fabuloso regalo de cumpleaños a su hermana Gabriela, su caddie, que el viernes hizo 20, y a ella misma, que el martes llega a la mayoría de edad. Se estarán frotando los ojos en Texas A&M con la campeona mundial júnior en 2022, pues será su destino, junto a su otra hermana, Blanca, a partir del próximo curso. Aun siendo la sexta del ranking planetario, no era muy conocida Cayetana en Estados Unidos, por aquello de que vive en España, y ahora la podrán llamar de usted después del approach sublime que embocó en el 17, un golpe dificilísimo porque hay que ver cómo es ese green, y del putt genial que logró en el 18, también desde fuera de green. Majestuosos ambos tiros para poner boca abajo el Augusta National, repleto de aficionados, y ponerlo a sus pies con la segunda mejor vuelta de la ronda, jugando bajo par donde otras 28 rivales, y qué rivales, hicieron par o peor. El júbilo, no era para menos, se apoderó de ella, alzando los brazos y abrazándose a su hermana ante la ovación del respetable.
Take a bow!
Cayetana Fernandez Garcia-Poggio with a beauty on No. 17.#ANWAgolf pic.twitter.com/GRzXV9nRHR
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¡Qué bárbaro el modo de acabar el torneo Cata, de sombrerazo! Pero antes hubo mucha tela que cortar. Y que contar. La española compitió de manual en los nueve primeros hoyos. Como una maestra aun siendo su estreno en el ANWA. No falló, de hecho, y salvó algunos pares muy meritorios, como el del 5, de alrededor de 10 metros. Sumó su primer birdie en el 7 cuando empezaba a soplar aire y a ennegrecerse el cielo, sobre todo para el resto, pues ella continuaba a lo suyo, firmando otro par en el 8 y sacando el puño. La salida fue perfecta en el 9, pero entonces se suspendió el torneo por el mal tiempo.
BACK-TO-BACK ‼️
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Casi tres horas y media hubo de parón y Cata salió igualmente decidida a ligar un birdie tras otro. Eso hizo en el 9, pero llegó la parte complicada del Augusta National, el tantas veces citado Amen Corner. Y lo pagó. Antes, en el 10, no hizo una buena sacada desde la arena y hubo de patear para par desde muy lejos. Primer error del día. No pasaba nada, aunque momentáneamente llegó a ser tercera en la general con -4. En el 11 se fue al agua con el segundo golpe y se anotó un doble bogey doloroso que precedió a otro fallo en el 12, su hoyo favorito, tras caer en el bunker desde la salida. Más cuatro en un pispás y, de repente, era octava cuando tenía la pelea por el podio a la vera.
Pero el espíritu de esta chica se asemeja al de Jon Rahm. ¡Qué forma de apretar los dientes! Se serenó con dos pares en el el 13 y el 14, pero en el 15 volvió a la senda de los aciertos con otro birdie que sirvió de avanzadilla a lo que estaba por llegar. Pateó desde lejos para sumar una menos en el 16 y se embolsó el par. Luego llegaron esos dos soberbios golpes, dos birdies celestiales, que jamás olvidará Cata. Ni su hermana Gabriela. Ni sus padres, allí presentes. Ni todos los que lo vimos por televisión. «Vamos a por todas». Y quien avisa… La cuarta posición supera la duodécima plaza que lograron Ainhoa Olarra en 2019 y María Peláez en 2021 como mejor resultado del golf español en Augusta. Que nadie dude de que Cata irá a superarlo en 2023.
La batalla por la victoria tuvo una protagonista principal: Rose Zhang. Pero en negativo. Los fantasmas se asomaron de nuevo en el ANWA para la número uno del mundo, que en sus tres presencias anteriores no pudo cantar victoria y todo hacía indicar que esta vez se iba a pasear por el coliseo de Georgia, acompañada además por una legión de incondicionales aficionados. De disfrute para la golfista de Stanford, nada de nada.
En el 1 hizo doble bogey. Mal presagio del padecimiento posterior. Arregló algo el entuerto en el 2 con un birdie, pero enlazó tres errores en el 4, 5 y 7. Más cuatro nada más empezar, de -13 a -9. Tampoco la apretaban de inicio Andrea Lignell, finalmente tercera, ni Bae, pero fueron entrando ambas en calor, sobre todo la segunda y vaya si le complicó la tarde, ya soleada, a su la gran favorita. Tras los nueve primeros, Zhang llevaba -10, Bae -8 y Lignell -7.
La sueca se cayó del cartel a falta de cuatro banderas, no así Bae, que aprovechó el error de bulto de Zhang en el 15, previa discusión con su padre, que cargaba con su bolsa, al mandar al agua la bola con la madera en el segundo golpe. Desesperada, se anotó un bogey: -9. Encima, Bae se dejó el birdie dado en el 17 con un hierrazo marca de la marca. Empate con nueve menos.
Más dramas para Zhang, que deja viva la bandera del 16, tras una gran salida en el par 3, y también la del 17, aunque en esta ocasión era un putt más largo. Los nervios estaban a flor de piel para la multicampeona de todo en el campo amateur… pero el ANWA se le resiste. Los pares de ambas en el 18 obligaron a un desempate no apto para cardiacos, sobre todo si son familiares de Zhang, principalmente el padre…
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En el 18, primer hoyo de playoff, tenía cierta ventaja Bae, pero ambas hicieron par. Entonces pasaron el 10 y, más que ganar ahí Zhang el torneo, al fin, lo perdió la estudiante de Georgia, que mandó su segundo tiro a los árboles de la izquierda en un pésimo golpe y le abrió de par en par la puerta del triunfo a su colega de Stanford, que definitivamente acabó con la maldición y se coronó campeona del Augusta National Women’s Amateur, uniéndose en la lista a Jennifer Kupcho, Tsubasa Kajitani y Anna Davis. Queda por saber cuándo se pasará a profesionales y qué futuro le depara competir con las mejores del mundo.
