Tengolf adelantaba ayer por la tarde la retirada de los campos de golf de Jordi García Pinto. Una noticia que nos pillaba a todos por sorpresa. Nunca pensé que su no salida (retirada por problemas en la muñeca) en el Campeonato de España de Profesionales (Calatayud) escondía un trasfondo tan importante.
Hay muchas vueltas y muchos torneos en la carrera de Jordi, y no resulta sencillo quedarse con uno en concreto. Seguramente él tenga en la memoria el Challenge que ganó en Kenia. Yo voy rescatar uno de los muchos que pude verle en directo.
Campeonato de España Junior – El Bosque (Valencia)
Han pasado casi diez años, pero sigo teniendo el recuerdo muy fresco. Allá por el año 2008 el golf español contaba con bastantes referentes amateurs. Uno de ellos era por supuesto Jordi García Pinto. Yo tenía la suerte de verles jugar y recuerdo perfectamente cómo me iba a ver a Jordi cada vez que terminaba mi vuelta. Era uno de mis referentes. Frío, concentrado y con una gran determinación. Un calco del que siempre ha sido mi ídolo, Tiger Woods.
Era la semana del Campeonato de España Junior y el gerundense andaba disputándose el título con Borja Etchart, Juan Francisco Sarasti y Carlos Pigem. En la tercera vuelta del torneo Jordi pegó un golpe de salida muy desviado. La situación estaba muy apretada, y recuerdo que le miré y le dije: “venga Jordi, vamos”. Él, como si hubiese ido al mismísimo centro de la calle, asintió con la cabeza. Estaba tan centrado y tan seguro de sí mismo que ni se inmutó por el golpe fallado.
Aquel torneo lo acabó ganando por un solo golpe. En la foto de ganadores aparecen tres de los jugadores que más prometían en aquellos momentos: Borja Etchart, Carlos Pigem y el citado Pinto. Tres extraordinarios golfistas. Sólo Pigem sigue activo al ciento por ciento.
Tremenda competencia
Por desgracia cada vez son más los jugadores que deciden colgar los palos antes de tiempo (Jordi lo hace a los 27 años).
La competencia de estos últimos años no es ni mucho menos comparable a la de años atrás. Este asunto lo comentaba hace unos días con Iván Cantero, justo después de fallar la PQ1 por un golpe. Mi situación familiar me ha permitido vivir muchas escuelas de clasificación. Unas las he seguido en los periódicos y otras cuantas con la bolsa a cuestas. Hace 8-10 años yo sentía que un buen jugador no tenía problemas para pasar la primera fase, tampoco excesivos para pasar la dos. Pero amigos, la película ha cambiado. En 2015 pude comprobarlo cuando le hice de caddie a Javier Colomo en la PQ1 de Alemania. Allí estaban jugadores de primera talla. Javi no conocía a muchos de los amateurs, pero yo a todos. Y os puedo asegurar que el nivel era impresionante. Sin ir más lejos por allí andaba Romain Langasque (campeón del British Amateur Championship y de la Copa S.M. El Rey). Yo recordaba la PQ1 como un mero trámite para jugadores de cierto nivel, pero andaba muy equivocado. Javi jugó un gran golf esa semana, con sus fallos típicos en días de tanta presión, y clasificó justo a la PQ2. Su juego en esta segunda fase fue muy similar, pero esta vez no fue suficiente. En ese momento entendí que todo aquello que yo había vivido diez años atrás no valía. Y no valía porque hoy hay miles de jugadores en todo el mundo con una preparación exquisita; no valía porque una gran mayoría de los amateurs que llegan a la escuela están realmente preparados para dar el salto. En definitiva, entendí que este deporte está reservado para unos cuantos privilegiados.
Después de esta tremenda parrafada, solo quiero aprovechar este espacio para desear a Jordi la mejor de las suertes en su nueva etapa profesional y darle las gracias por todo el golf que nos regaló.
