Dicen que si difícil es llegar, más complicado es mantenerse. Muchos deportistas sobrepasan las expectativas con un debut radiante y luego las altas expectativas los devoran el segundo. No parece el caso de Julia López Ramírez. Disfrutó de un notable estreno universitario en Mississippi en 2021 con tres triunfos (uno en otoño, Sam Golden, y dos en primavera, Paradise y Westbrook), aunque le quedó la espina clavada del final de curso en los Nacionales, y como sophomore ha mejorado sus prestaciones en los cinco campeonatos del fall con una victoria (Blessings Collegiate), dos cuartos puestos (Carmel Cup y Mason Rudolph) y una quinta plaza (Battle of the beach). Ahí es nada.
Lidera a los Bulldogs desde su aterrizaje a un lugar ignoto para la jugadora de Benahavís. «Si me llegan a decir que Mississippi está en el norte, me lo habría creído», recuerda entre bromas aquel verano de 2021. El idioma también lo ha mejorado: «Estuve dos semanas sin hablar pero después le cogí el tranquillo».
Pese a los impedimentos iniciales, cayó de pie en lo deportivo la malagueña, que el 12 de febrero cumplirá 20 años. Hizo historia al convertirse en la primera freshman de su universidad en besar el santo en su primera comparecencia, al anotarse el triunfo empatada con la también española Blanca Fernández García-Poggio (Texas A&M) en el Sam Golden. «No tenía ni idea de que podía ganar porque pensaba que la competición era por equipos y que el resultado individual no contaba. Me quedé muy sorprendida», señala.
Julia López descansa en casa unos días antes de volver esta semana al campus de Starkville, una localidad de poco más de 20.000 habitantes, donde esta temporada comparte un apartamento con la sevillana Ana Pina, compañera de equipo, y dos tenistas, una italiana y otra francesa. Tiene entre ceja y ceja varias fechas del calendario primaveral, pero previamente deberá jugar en Orlando, Las Vegas, Gainesville y Tempe. Justo después, del 29 de marzo al 1 de abril, competirá en el Augusta Women’s Amateur, pero…
Pero falta la confirmación oficial. «Me debe llegar por correo postal esta semana. Puse la dirección de la universidad y hasta que no la vea con mis ojos, no puedo decir que sea oficial. Es uno de los objetivos de este año», confiesa emocionada la andaluza. Será la tercera edición de este torneo que reúne a 72 jugadoras amateurs (las 30 mejores estadounidenses, las 30 mejores internacionales y 12 invitadas). Julia López es la trigésimo tercera del ranking mundial, así que salvo que se extravíe el sobre, como le pasó a Scott Stallings, jugará el miércoles 29 y el jueves 30 de marzo en Champions Retreat, el viernes 31 disfrutará de una jornada de entrenamiento en Augusta National y el sábado 1 de abril luchará por el triunfo si pasa el corte de 30 y empatadas. «Me hace muchísima ilusión», subraya la malagueña sobre la cita en Georgia, donde también comparecerán Carolina López-Chacarra (Wake Forest) y Cayetana Fernández García-Poggio.
Luego vendrán la final de su conferencia (SEC) del 12 a 16 de abril, los Regionales del 8 al 10 de mayo y los Nacionales del 19 al 24 de ese mes. También están grabados a fuego en su calendario primaveral estas fechas porque el año pasado pinchó en la última cita al concluir en el puesto 100.
Julia sabe que aún está en proceso de formación y va mejorando poco a poco su juego corto; del largo, su gran virtud, todo son alabanzas, ya que con el driver es capaz de mandar la bola a 240 yardas sólo de vuelo, al nivel de las mejores pegadoras del LPGA.
Estudiante de Económicas («va bien la cosa»), admite que el nivel de las jóvenes españolas en el golf es realmente bueno. Sólo hay que ver que más de 60 becadas en la División 1 de la NCAA, más que chicos, de hecho. Ella matiza que los muchachos cuentan con más dificultades que las deportistas para obtener una ayuda universitaria.
En junio, en menos de seis meses, andará de vuelta y en su mente está jugar los Europeos, el British y lo que pueda en función de su posición en el ranking. Lástima que se pierda la Solheim Cup de Finca Cortesín, cerca de su casa de Benahavís, del 22 al 24 de septiembre porque «por entonces ya habré vuelto a Estados Unidos«. No obstante, imagina que en el futuro no sólo pueda verla en directo, sino jugarla: «Sería un sueño, una absoluta pasada», indica.
Lleva Julia el deporte en vena. Aficionada al pádel y al fútbol, también practica motocross, uno de los hobbies de su padre. No duda cuando se le preguntan sus referentes en el golf: «Seve y Tiger, no sólo como jugadores, sino como personas. En chicas, está claro, Carlota Ciganda es buenísima y me encanta cómo compite», zanja esta bulldog, que ladra y muerde, pero sólo en el campo.
