Inicio Grandes Circuitos Ignacio Puente: el Willy Fog que la rompe suma la primera
El sevillano pasó de Akron a Alabama por la pandemia, pensó en dejarlo y… ahora ha ganado

Ignacio Puente: el Willy Fog que la rompe suma la primera

Compartir
Ignacio Puente
Ignacio Puente.

De Akron (Ohio) a Montgomery (Alabama) pandemia mediante. La vida de Ignacio Puente (Sevilla, 2000) ha tenido varios sobresaltos, vaivenes, en los últimos años, como casi todos, claro, por culpa de la pandemia. Cuando este andaluz llevaba año y medio en Estados Unidos, desde 2018, el coronavirus paralizó el mundo, se volvió a España y su universidad, dos meses después, decidió eliminar el golf de su programa por falta de recursos. Cierre total. Tal cual.

Decidió pasar 2020 entrenando en España y buscar universidad para el siguiente, pero la cosa estaba negra porque había muchos jugadores sin equipo y pocas universidades con huecos por el Covid. Al final, pasó el curso 21-22 aquí, sin entrenar demasiado y trabajando, jugando ocasionalmente y por diversión. No tenía claro si volver a Estados Unidos o quedarse pero junto a su familia decidió terminar allí los estudios y continuar con el golf. Se puso en contacto con Gonzalo Moreno, también sevillano y que milita en las filas de Alabama State. Y cambió el norte por el sur. El premio a este meneo llegó hace una semana, cuando se coronó campeón del ASU Spring Classic, su primera victoria individual en la NCAA.

Ganador del prestigioso McGregor Trophy en 2015 en Inglaterra, Nacho, del Real Club Sevilla Golf, era un talento emergente de niño, logrando también el Lacoste Promesas en 2013, un torneo de categoría sub 16 y que ganó con 13 años, el más joven en adjudicárselo. Igualmente se llevó el Campeonato de España individual sub 16. Un crío con habilidades con los palos de golf desde que empezó a darle con 3 años, cuando su padre, Francisco, se lo llevaba al campo durante el veraneo en Matalascañas y desde entonces, apunta, «ha sido un no parar». Su hermana, Lucila, se graduó en Murray State becada por el golf y hoy trabaja en Scalpers.

A propósito de su reciente triunfo, el hispalense, de categoría júnior, recuerda que «las sensaciones fueron bastante buenas y al drive le estaba pegando muy bien; no obstante, a pesar de ganar no estaba muy contento porque debería haber hecho bastantes menos golpes, pero no las dejaba tan cerca como debería de haber hecho con los segundos golpes. El putt estuvo correcto, eso sí», recuerda sobre una cita prevista para 54 hoyos, aunque se jugó a 45 porque el primer día no se pudo terminar por falta de luz y juego lento.

Deportista nato («le doy a todo lo que puedo, hago pesas y especialmente al pádel, al baloncesto y al esquí en invierno, pero también juego pachangas de fútbol y tenis de vez en cuando») y aficionado al cine y a las series, tiene claras sus virtudes golfísticas: «El drive y el 60 son mis mejores palos. Tengo mucha pegada y cuando estoy cómodo en el tee es una ventaja enorme. Y el 60 grados siempre ha sido mi mejor amigo, tengo esas spanish hands que ya eran famosas por Estados Unidos gracias a mis predecesores».

Por ahora sus planes estivales pasan por una desconexión casi total: «De momento las ideas son todas de ocio y relax, me encanta viajar y ya tengo un par de escapadas organizadas. Cuando vuelvo a España intento disfrutar de la familia y los amigos, algo que antes era impensable, ya que todo era golf y más golf, pero con el tiempo he aprendiendo a racionar. Si abuso, me acabo quemando y no quiero que eso pase. Pero me gustaría jugar el Campeonato de España por comunidades y el absoluto, si esto con ganas, también».

Le va bien en la parte académica después de unos inicios duros porque su inglés no era el mejor y porque la experiencia americana lo mantuvo distraído. Sin embargo, ahora están encarrilados sus estudios de Finanzas, aunque en su mente, en principio, está hacerse profesional: «Es algo con lo que siempre había soñado de pequeño. Pese al bache golfístico que he tenido y los dos años en España casi sin jugar, nunca lo he descartado, pero primero quiero terminar mis estudios y después según me vea de nivel golfístico y de ganas, decidiré». Nacho reconoce que en su regreso a Estados Unidos quería sol y eso que en en Akron estuvo muy contento, “pero el clima no era el mejor, con frío y nieve desde noviembre a marzo, y sólo podíamos entrenar indoor o cuando viajamos al sur. El tiempo de Alabama es mucho mejor. Tenía claro al volver no me iría al norte…».

El fenómeno Jon Rahm se expande por Estados Unidos (y por todo el planeta). Puente dice que allí «tiene miles y miles de fans», aunque él admira más a otros jugadores… incluso uno no golfista. «No se puede negar todo lo que ha conseguido Rahm en estos y todo lo que hace por el golf a nivel nacional y mundial, pero yo admiro a Tiger porque es Tiger y me gustan McIlroy y Dustin Johnson, pegadores que juegan agresivo y podría identificarme más con ellos, pero en realidad no soy fanático de nadie. Sólo de Rafa Nadal«.

La USGA ha sacado un programa de desarrollo de jóvenes talentos estadounidenses porque a su juicio no existía ese plan que sí está instalado en otros muchos países. ¿Entiende que desde la Española hay un apoyo firme a nuestros amateurs? «Sí», dice convencido Puente, «tiene el programa de pros y algunos amigos que han sido miembros reciben ayuda para intentar ser profesionales. No se exactamente los requisitos ni cómo funciona, pero sé que existe. Siempre se puede hacer más, pero creo que están haciendo un buen trabajo».

Nacho tiene un vínculo especial con dos Gonzalos, ambos paisanos. Moreno es quien lo incitó a ir a Alabama. «Somos polos opuestos pero tenemos muy buena relación. Nunca está de más tener otro español y encima sevillano cuando estás fuera de casa. Nuestro golf es totalmente opuesto también, pero es buen jugador». El otro es Leal, con el que ha entrenado desde los 12, primero en Sevilla y luego en la Blume. «Es amigo dentro y fuera del golf», zanja.

Nacho, que en este continuo vaivén que es el golf tuvo un mal arranque este lunes en el Gulf Coast Collegiate, recuerda lagunas chanzas al otro lado del charco. «Cuando estaba en Akron pasamos nuestro spring break en Sage Valley, uno de los clubs más privados de Estados Unidos, gracias a uno de los donantes del programa que era miembro. Allí estuvo jugando delante de nosotros el actor Mark Wahlberg y esa misma semana tuvimos que parar de pegar bolas en el campo de prácticas durante unos minutos porque uno de los socios llegaba en helicóptero para jugar».

Por último, preguntamos a Nacho por su segundo apellido y tiene su historia… «Digamos que tengo sangre azul, jajaja. Soy lejano descendiente de don Juan de Austria y la larga dinastía de reyes que tuvo España. Siempre me he planteado ponérmelo de primer apellido y puede ser que lo haga en el futuro, es especial». Un descendiente de los Austrias en Alabama viviendo los sobresaltos de este deporte tan especial, donde disfrutó de un final feliz como el de la semana pasada, como puñetero, como fue sus primeras dos rondas este lunes en el Gulf Coast Collegiate.