Parece difícil de entender, pero a veces ocurren estas cosas. Primer hoyo del torneo. Anna Davies, defensora del título en el Augusta National Women’s Amateur y Número 8 del ranking mundial, ejecuta su golpe de salida este miércoles y la bola acaba en el rough. Cuando llega para pegar su segundo tiro la norteamericana descubre que la pelota está manchada de barro. La marca, la levanta, la vuelve a poner y juega.
El segundo golpe tampoco es bueno. De nuevo termina en el rough. Misma operación. Anna marca la bola, la levanta, la limpia y la vuelve a colocar antes de pegar el tercero. No es el mejor inicio del mundo, pero saca un bogey que a la vista de las circunstancias se puede considerar incluso bueno.
Seguro que si usted es un avezado jugador de golf, o simplemente un entendido de las reglas, incluso al nivel más básico, habrá algún aspecto de este relato que, al menos, le ha chirriado. Efectivamente…
En el tee del hoyo 4, justo antes de pegar el golpe de salida, un árbitro se acercó a Davies y le explicó que tenía cuatro golpes de penalidad, dos por cada uno de los alivios indebidos que había realizado. Es decir, su resultado en el hoyo 1 fue finalmente un cruento ‘9’. Vamos al meollo.
El martes, en la reunión del comité del torneo, se estableció que la primera jornada se jugaría con reglas invierno, es decir, la bola se podía levantar y colocar siempre y cuando reposara en hierba segada al ras, o lo que es lo mismo, en la calle. Se les especificó a las jugadoras, aunque ni siquiera hubiera hecho falta ya que es lo habitual, que únicamente podían realizar esta maniobra en la calle.
Pues bien, Davies aseguró después de su ronda que desconocía el detalle de la norma, que sólo sabía que se podía levantar y colocar y que pensaba que podía hacerlo también en el rough. El error a estos niveles es importante. Sí, es muy joven, tiene apenas 17 años, hay nervios porque es un torneo importante, además es defensora del título, pero es una golfista con experiencia y ya ha jugado varios torneos del LPGA Tour.
No obstante, quizá lo más preocupante es que Anna, antes de realizar los alivios, preguntó a su marcadora y a su caddie, un amigo suyo de San Diego que juega muy bien al golf. Los dos le dijeron que podía hacerlo. Difícil de encajar.
Así las cosas, varapalo enorme para una de las favoritas. Cuando se lo comunicaron en el hoyo 4 se quedó en estado de shock. «Sólo tienes que ver mi resultado en el hoyo 4 para darte cuenta de cómo me afectó», señaló. Hizo doble bogey, a lo que añadió un bogey en el 5, de manera que en cuatro hoyos se colocó ocho por encima del par. Adiós al torneo.
De la misma manera que el error es difícil de entender, hay que darle mucho mérito a su reacción posterior. De ahí al final de la vuelta realizó un parcial de cuatro bajo par y terminó con +4. Realmente, sus opciones de victorias se han disipado, salvo milagro, ya que está a diez golpes del liderato de Rose Zhang. «Es golf y de todo su aprende. Esta es una lección que me llevo conmigo. Mi caddie ha tratado de asumir la culpa, pero no es así, había que seguir y hacer el mejor resultado posible», remató.