No me preguntéis por qué pero a mí la Gira del Desierto siempre me ha costado un poco. Este año he pasado los tres cortes por segunda vez en mi carrera en esta serie de tres torneos, antes con Qatar y ahora con Arabia, así que el balance, desde ese punto de vista ya es positivo.
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Sin embargo, no se trata sólo de analizar los fríos resultados, ya que así sería todo muy fácil. El balance es muy positivo por muchas otras cosas que os cuento aquí. Lo primero es que he pegado muy bien al driver y, en general, desde el tee. Paso adelante. Me he sentido bastante mejor que el año pasado, así que por ahí nos quitamos un peso de encima.
Otro aspecto importante en el que estoy mejor que el año pasado es en el tema mental. Me encuentro bastante más tranquilo. Creo que Diego y yo estamos haciendo un buen trabajo en los torneos y eso me da más calma.
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Hemos conseguido llevar a cabo el plan trazado en pretemporada. Como ya os conté, la idea era pasar menos horas en el campo de prácticas durante el torneo. O lo que es lo mismo, ahorrar energías para la competición. Lo hemos conseguido. Nota alta en este aspecto. Creo que en las tres semanas sólo he dado bolas en dos ocasiones después de una vuelta y eso era algo inconcebible para mí. Lo que sí hemos hecho, salvo cuando hemos acabado muy tarde, ha sido patear después de las rondas. Creo que ya se ha notado. Por lo pronto, he conseguido jugar los doce días, pasar todos los cortes y a excepción del domingo de Arabia, donde me noté un poco cansado y algo saturado, me he sentido más fresco. Otro punto positivo.
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¿En qué notado el ahorro de energías? Pues en la actitud. He estado menos susceptible. He aceptado mejor los malos golpes, no me han afectado tanto y esa es la clave para tener un año estable. Es a lo que me refería con lo que mentalmente he estado mejor que el año pasado.
Ahora toca analizar tranquilamente en casa la Gira con Diego Suazo, ver lo que hemos hecho bien y lo que podemos mejorar y ponernos manos a la obra para los próximos torneos de Omán y Qatar.
