Inicio Grandes Circuitos El swing anda bien pero aún no está listo para ganar
Blog de Pablo Larrazábal | Ras al Khaimah Classic

El swing anda bien pero aún no está listo para ganar

Compartir
Pablo Larrazábal
Pablo Larrazábal, en ras al Khaimah. (© Golffile | Thos Caffrey)

El putt en el hoyo 11 del domingo de Ras al Khaimah. Ese putt. Ese momento. Esa sensación. Cuánto tiempo hacía que no vivía algo así. Seguramente me tendría que remontar a Leopard Creek en 2019, al Alfred Dunhill Championship, mi última victoria. Para eso juego. Para eso entreno. Para eso trabajo. Para tener esos momentos. 

Ryan Fox y su caddie me lo dijeron al acabar el torneo. Estuvimos hablando y me confesaron que lo vieron desde el tee (era un par 3 y ellos estaban esperando para pegar la salida) y pensaron: «éste se ha puesto en modo caza y captura».

La verdad es que en ese momento se me pasó por la cabeza que estábamos ahí, que lo teníamos y que íbamos a poder pelear el torneo. Qué sensación más buena. Yo creo que si meto el putt del hoyo 12 otro gallo habría cantado, pero claro, la historia no se puede reescribir. Lo que pasó es lo que pasó.

Todo se me escapó en cinco minutos, en las salidas de los hoyos 13 y 14. Esos son los detalles que marcan en un domingo. Por eso, hoy, hecha la reflexión y analizadas las cuatro primeras semanas del año, la conclusión es que el swing está bien, va por buen camino, progresa adecuadamente, estoy contento, pero todavía no está listo para ganar. De momento, no funciona bajo presión… o al menos no es todo lo estable que debería ser. Las dos salidas del 13 y el 14 no las había pegado en toda la gira. Justo cuando estaba para ganar, vinieron los fallos. Esto es lo que hay que pulir en las próximas semanas, es lo que toca trabajar. Por otro lado, el juego corto sí está listo para ganar, el putt está muy bien, el approach y el búnker, fenomenal, pero aún falta con el swing.

El swing de emergencia sigue funcionando. Se demostró en el Saudi International el domingo. Con mal tiempo y en condiciones difíciles, Pablo sabe hacer pares donde a otros les cuesta más, pero en Ras al Khaimah salieron dos tiros que no venían a cuento, en hoyos fáciles, justo en el momento donde había que jugar bien para ponerme por delante y meter presión.

El balance de estas cuatro semanas es muy bueno. He pasado los primeros cuatro cortes del año, he firmado muchas vueltas por debajo de 70 golpes, he tenido regularidad, consistencia y, sobre todo, destacaría que mentalmente he estado muy bien. Cuando eres feliz en tu vida, lo demás es más fácil, te ayuda incluso a aspectos técnicos del golf. Influye en todo de manera positiva. Fuera del campo estoy en el mejor momento de mi vida, con un gran equipo alrededor y una persona como Adriana que me empuja a seguir. 

Creo que todas las piezas están encajando bien, el engranaje comienza a funcionar y se nota. Ya no puedo hacer tanto gimnasio como antes o estar tantas horas pegando bolas, pero lo sabemos compensar con otras cosas. Estamos consiguiendo que la maquinaria siga funcionando y estoy muy contento.

Tengo los mismos deseos de siempre. Quiero seguir sacando top ten y teniendo momentos divertidos los domingos por la tarde, como el de Saudí o el de Ras al Khaimah. Ganar o no ganar se decide muchas veces por detalle, pero esos domingo valen oro.