Este año 2021 está siendo inusual para mí. Por un lado, no está siendo fácil, porque yo creo que nunca en mi carrera había estado en un puesto tan bajo en la Race to Dubai a estas alturas de la temporada (puesto 153º). Pero por otro lado, como tengo asegurados los derechos de juego para 2022 por mi victoria en Sudáfrica, era algo que honestamente podía ocurrir.
Digamos que nos lo podíamos permitir y que yo sentía ya hace tiempo que era necesario levantar un poco el pie del acelerador en algún momento. Ojo, no se puede hablar en ningún caso de un año sabático, porque he competido bastante, pero es cierto que nunca había hecho un parón tan largo durante el verano ni me había dosificado tanto, así que este año a lo mejor acabo jugando unos 18 torneos, que son bastantes menos de los que suelo jugar normalmente.
Pero ahora puedo decir que estoy contento con una decisión que he tomado buscando el descanso, la tranquilidad, disfrutar de la vida. Necesitaba limpiar bien la cabeza y coger un impulso nuevo. Ahora puedo decir que el hambre sigue ahí y que en esta recta final del año tengo ilusión por hacer algo bueno. Estamos trabajando bien para ello. La diferencia entre un suspenso o un notable alto en la temporada puede estar realmente en hacer dos vueltas muy buenas en el momento oportuno y creo que ahora estoy cerca de poder hacerlo.
No conocía el campo de esta semana, el Marco Simone, escenario de la próxima Ryder en Europa, pero realmente es un campo que se adapta perfectamente para ese evento. Pueden meter a todos los aficionados que quieran y el diseño da mucho juego. Además, creo que no miento si digo que esta semana vamos a jugar los mejores greenes de todo el año.
Ya os iré contando cómo va esta larga recta final de temporada, en la que ni siquiera renuncio a meterme en la Final de Dubai. Nos vemos.
