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Una primera radiografía al campo de la Ryder Cup 2023: Marco Simone

Se estrena el campo de la Ryder Cup: luces y sombras donde poner la mirada

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El Marco Simone Golf Club, sede de la Ryder Cup 2023.

Este jueves arranca el DS Automobiles Italian Open, cita del European Tour que cuenta con un protagonista mayúsculo e indiscutible. Se trata del campo, el Marco Simone Golf Club de Roma, el escenario de la Ryder Cup 2023. Se estrena en competición oficial. Debut con picadores. Los jugadores y caddies ya lo han podido jugar, patear y analizar. Hablamos con Diego Suazo, caddie de Nacho Elvira, para saber hacia dónde tenemos que mirar esta semana, las luces y sombras del trazado, los mejores hoyos, lo que aún necesita algo de ‘chapa y pintura’ y aquello que va a dar más juego.

La primera impresión de Suazo es muy buena. «El campo me gusta bastante. No es el mejor campo que hemos jugado en el Tour, pero sí es, desde mi punto de vista, el mejor que hemos jugado en Italia. No son los mejores campos desde el punto de vista del mantenimiento, pero este se encuentra muy bien. El diseño me gusta, aunque está construido sobre una ladera. Es cierto que tiene mucho sube y baja, muchos tiros con el green arriba o con el green abajo, pero está hecho con mucha cabeza. Diría que la finca está muy bien aprovechada, especialmente si tenemos en cuenta que es un campo construido sobre otro antiguo. Han hecho un buen trabajo», afirma a modo de resumen.

Nos metemos en los detalles para saber más cosas. Que nadie se pierda esta semana el hoyo 16. Será el más espectacular en este Italian Open y, sobre todo, lo volverá a ser dentro de dos años en la Ryder Cup. Es el gran ejemplo del riesgo/recompensa. «Es un campo tirando a largo. Se pega bastante hierro medio y los pares 3 son muy buenos. El final es muy bueno. El 16 es un par 4 cuesta abajo de 300 metros a la entrada de green con un lago todo a la derecha. Hay que tirar como 280 metros. Desde ahí no va a tirar nadie, pero si adelantan el tee sí se puede buscar de uno el green y va a dar mucho juego. Seguro que esta semana nos lo adelantan el sábado y estoy convencido de que lo harán en la Ryder», explica Diego. Será el hoyo estrella de la Ryder. Imaginen un partido uno arriba o uno abajo llegando a ese hoyo… Puro espectáculo.

El final se completa con otros dos hoyos que darán mucho que hablar. «El 17 es un par 3 muy duro, muy largo, estrecho y difícil y el 18 es un par 5 que se puede llegar, con agua a la izquierda. Puede provocar mucho movimiento de resultados, desde bogey o doble bogey a eagle. Para mí son mejores los segundos nueve hoyos que los primeros nueve y eso para la Ryder Cup, a la hora de decidir partidos creo que es positivo», apunta.

Más luces del campo romano. Tiene mucho espacio para gradas, carpas y demás instalaciones y está construido pensando en el público. Tiene numerosas zonas en alto desde donde ver el golf y varios greenes en forma de estadio. La experiencia será muy buena para el aficionado, al estilo del Golf National de París, aunque aquí Suazo puntualiza. «Es muy buen campo, pero para mí es mejor el de París, claro que el Golf National es de lo mejores que te puedes echar a la cara. Si lo comparamos, este campo se queda atrás, pero no significa que sea malo».

Ahora es el momento de las sombras, que haberlas ‘haylas’, aunque en este caso lo bueno es que hay margen de maniobra hasta 2023 para realizar mejoras. Asegura Diego que, por ejemplo, el hoyo 5 es mejorable. «Es un par 4 cortito con agua de salida y en green, pero es de hierro 3 y pitching y en el green el agua está como a 10 metros corta. Mi opinión, y la de muchos jugadores, sería llevar el agua hasta el borde de green, para que si fallas corto por cinco metros te puedas ir al agua. Ahora, si fallas corto, teniendo en cuenta que tienes un palo muy corto en las manos, te quedas en el antegreen y con un chip fácil», afirma.

Otra de las sombras son los accesos. De momento, está bastante descuidado. «Lo tendrán que arreglar porque se puede montar bastante caos. Ahora sólo se llega al campo mediante una carretera estrecha y todo lo que hay alrededor tiene una pinta regulera, incluido el pueblo más cercano que no tiene nada. Imagino que esto cambiará mucho en dos años», explica.

Por último, en cuanto a la preparación del campo, también más luces que sombras: «Los greenes están impolutos, a velocidad 12 y es un diseño que te hace pensar, no sólo es pegar y listo, es largo pero te pide bastante madera 3 desde el tee, algún hierro 3, búnkers bien puestos, hay que pensar… El diseño de los greenes me gusta mucho. No tienen ondulaciones excesivas, pero sí te obliga a decidir por dónde atacar la bandera. Hay rough decente alrededor de green, aunque todavía le falta algo de consistencia. Eso lo irá ganando. La valoración es muy positiva. A mí me ha gustado, un buen campo para un torneo del Tour», remata.