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Blog de Pep Anglés sobre su equipo de trabajo y sensaciones tras el Mallorca Open

Me encuentro con más ganas que nunca de trabajar

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Pep Anglés, durante el Mallorca Golf Open. © Quality Sport Images

Una parte de mí siente que la semana del Mallorca Golf Open fue un punto de inflexión en mi carrera. No hablo sólo del aspecto técnico, sino también, y sobre todo, del mental. Me noté muy tranquilo, en control de mis emociones, con muchas ganas de luchar y una capacidad enorme de aceptación. Quizá sí haya sido un punto de inflexión, pero ya sabemos cómo de sutiles al cambio pueden ser las dinámicas en golf, por lo que prefiero ser prudente. Hay una cosa de la que no tengo ninguna duda: me encuentro con más ganas de trabajar que nunca.

Quiero aprovechar mi blog para recordar algunos nombres que han sido muy importantes para llegar a lo que sucedió en Mallorca. El punto en el que estoy es una consecuencia de todas las decisiones y de los procesos que hemos ido haciendo en los últimos tiempos. Fue un verano muy difícil para mí. Lo estaba haciendo bien, pero no salía. Ahora que sí ha salido me apetece dar mucho valor a mi equipo de trabajo.

Empiezo por Joaquín Dosil. Lo conocí en Praga hace un par de meses. Es un gran profesional y lo he puesto al timón del barco. No sólo trabaja conmigo todo el aspecto psicológico, sino que también se encarga de la organización y estructura del entrenamiento. Es la persona que me va a guiar para alcanzar la eficiencia máxima en el rendimiento. Es mi hombre de confianza, con el que no tengo secretos. Yo soy de natural una persona muy reservada, pero siento que a él le puedo contar todo. Con Joaquín no hay censura. Él lo va a organizar en comunicación directa con mi entrenador para rendir al máximo.

La otra persona que quiero destacar ha estado siempre ahí, a las buenas y a las malas, desde hace dos años. Se trata de Edu Ramos, mi caddie. Me ha ayudado mucho en la gestión de las emociones, sobre todo al principio, y cada día que pasa crece y crece como caddie. Es increíble. Tengo que agradecerle muchas cosas tanto dentro como fuera del campo.

Por supuesto, quiero nombrar a Alex Larrazábal. Me ha echado un cable cada vez que lo he necesitado, ha sido mi caddie, ha estado ahí en momentos difíciles, puntuales y sin pedir nada a cambio. Ahora al fin estamos trabajando juntos y agradezco mucho su ayuda. 

También quiero mencionar a aquellos que siempre me trataron bien, aunque ahora mismo no estemos trabajando juntos. Es de justicia. En este sentido, me refiero a Miguel Ángel Duque. Me ayudó mucho en lo técnico y en lo profesional en un momento complicado para mí en todos los aspectos. Es un profesional de los pies a la cabeza. Si no seguimos trabajando juntos no es ni por culpa suya ni por culpa mía. Estaba desconectado de mi esencia como jugador y sentía que debía hacer un cambio, pero eso no quita para que haya sido una persona importante en este camino.

Lo ocurrido en Mallorca ha sido importante. Hacía un año que no terminaba en segunda posición, pero aquello de 2020 fue en Portugal en el Challenge, en un torneo mucho más pequeño. Ahora, una vez hecho lo de Santa Ponça, hay que vigilar otras cosas. Inevitablemente el ego que tenemos nos lleva a pensar que somos mucho más buenos de lo que somos. Siempre digo lo mismo. Ni cuando fallaba cortes era tan malo, ni ahora soy tan bueno. Esto es un proceso y hay que tener mucho equilibrio.

No voy a negar que lo ocurrido en el Mallorca Golf Open me ha dado un empujón importante, claro. Me la jugué haciendo cambios a mitad de temporada y estas semanas ayudan. Tuve problemas personales entre Madrid y Valderrama y ser capaz de aguantar cuatro días arriba, sobre todo el domingo, sabiendo que me estaba jugando el año, bajo presión y sin estar precisamente perfecto desde el punto de vista emocional, es muy bueno. Me demostré lo que soy capaz de hacer incluso cuando no estoy bien. Conseguí mantenerme paciencia y sereno y esto me ha abierto las puertas de poder mantener mis derechos para el año que viene. Tengo opciones.

Me he ganado jugar en Portugal y ahí lo voy a pelear. El objetivo es seguir disfrutando de un momento bueno, en un campo que me gusta y conozco bien. Es curioso porque me ha ocurrido algo parecido al año pasado. Cuando ya no hay margen soy capaz de sacar lo mejor de mí. Es obvio que me gusta estar bajo presión, pero la idea ahora es trabajar mejor desde el principio y llegar a los exámenes finales con menos estrés.

El objetivo en Portugal es seguir de la misma manera que en Mallorca. No espero mucho. Si sale bien la semana, genial, un bonus, porque tendré la tarjeta completa el próximo año, pero si no sale bien no pasa nada, combinaremos el European Tour con el Challenge Tour en 2022. Acabo de hablar con Joaquín y le he comentado lo de Portugal. Lo primero que me ha dicho es que nos centremos en esta semana, en trabajar, y cuando llegue Portugal ya veremos. Presente, presente y presente. Tengo experiencia de hacerlo bien y confianza, pero no espero nada. Salga bien o mal, seguiremos en la misma línea.