Inicio Blogs Rafa Cabrera Bello Buscando el lado positivo al gran ‘misterio’ del golf…

Buscando el lado positivo al gran ‘misterio’ del golf…

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A pesar de los pesares, si miro mi temporada fríamente no creo que pueda quejarme. Los primeros meses fueron muy buenos…

Pero tengo que reconocer que estoy fastidiado por no haber podido rematar en algunos torneos más grandes a los que en principio llegaba muy bien. Me refiero a Wentworth, Francia, o incluso Munich… Porque de haberlo hecho, un buen arranque se habría transformado en un año espléndido. De hecho, incluso llevaba bien encaminado el objetivo de meterme entre los cien primeros del mundo y jugar el PGA.

Es una verdadera lástima, pero no estoy muy preocupado. Sé que son cosas que pasan. Aunque realmente es muy complicado encontrar la causa exacta. Porque yo en ningún momento dejé de hacer lo que estaba haciendo. No hubo cambios: el mismo trabajo, las mismas rutinas… Nada nuevo. Entonces, ¿qué pasó?

Vamos por partes. Por un lado todos los jugadores profesionales sabemos que es imposible mantener el mismo nivel todo el tiempo. Yo díría que ahora mismo eso sólo lo está consiguiendo Luke Donald, y por eso es el Número 1 del mundo.

En realidad, nos enfrentamos a uno de esos 'misterios' del golf que hacen de este deporte algo único.

Pero si nos esforzamos en buscar una explicación, la conclusión a la que llego es que el swing de golf es un movimiento que nunca deja de estar cogido con unas pinzas muy frágiles. Depende de muchas cosas. Y después está la cuestión de la confianza… Cuando algo, por pequeño que sea, empieza a no funcionar, suele trasladarse a los resultados y éstos afectan a la confianza.

La parte negativa es esa: puedes estar jugando muy bien y de una semana a otra empiezas a perder el swing… Es posible que haya una explicación científica, seguro que la hay, pero yo no la conozco. Entre otras cosas porque en el golf entran en juego demasiadas variables.

Pero también existe la parte positiva: del mismo modo que nunca hay que fiarse, tampoco conviene desanimarse, porque de una semana para otra de repente arrancas otra vez. En cualquier momento. Tenemos un buen ejemplo en Oliver Fisher y su victoria reciente. Por eso es necesario procurar que los bajones no te hagan demasiado daño mental.

En situaciones como la actual me acuerdo de mi victoria en Austria. Cuando llegó, yo estaba atravesando una racha muy mala. En los once torneos que había jugado antes de Austria, sólo pasé dos cortes, y muy lejos de la cabeza (acabé en uno el 62º y en el otro el 49º)… Y casi de golpe y porrazo todo volvió a encajar.

Voy a volver a competir en Holanda, la semana que viene. Me despido ya, que me estoy enrollando mucho, pero estos días os contaré también cuáles son mis objetivos para lo que queda de año 2011, que todavía es mucho.