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El instante en el que Tiger Woods empezó a ganar la Presidents

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Tiger Woods, de espalda, comparte con todos sus jugadores el éxito de ganar la Presidents Cup.

Estados Unidos llegó a esta Presidents Cup con el cartel de ultra favorito para ganar un año más el torneo. Cuatro días después y con más fatiguitas de las esperadas, se ha confirmado el pronóstico. Han levantado la copa de campeones en el Royal Melbourne de Australia por undécima vez.

El hecho indiscutible de que sobre el papel debían ganar con la gorra invita a restar méritos de manera torticera al equipo estadounidense y a su gran capitán, la figura que ha eclipsado todo en el día a día de la Presidents. Tiger Woods.

Tiger Woods lidera la remontada de EEUU en la Presidents Cup (16-14)

La Ryder Cup es el fiel reflejo de que no siempre gana el favorito. Esa condición también pesa lo suyo, hay que lidiar con esa presión y, además, en esta edición hemos visto al equipo internacional más unido y guerrero de la historia. Punto para Ernie Els, aunque no haya sido suficiente para acabar con una sequía que se prolonga ya 21 años.

En este sentido, toca romper una lanza en favor de Tiger Woods. Su capitanía de principio a fin ha sido excelsa. Primero por aceptar el cargo en territorio enemigo. Tiger es Tiger y a nadie se le escapa que podría haber ‘aconsejado’ al PGA Tour que reservaran su capitanía para la próxima edición en casa, más arropado, más resguardado por su afición y sus incondicionales fanáticos. A nadie se le escapa que es mucho más asequible ganar la Presidents o la Ryder en casa. Woods podría haber tomado esa decisión cómoda y, sin embargo, optó por el camino menos sencillo. Además, ha sido en Australia, de lejos el escenario más hostil y ruidoso de entre todos los feudos que ha tenido el equipo internacional.

La Presidents como capitán, el penúltimo logro desbloqueado para Tiger

Después, tuvo la valentía y la personalidad de elegirse a sí mismo para la Presidents. Cualquier otro capitán lo hubiese escogido con los ojos cerrados por su rendimiento, pero hacerlo uno mismo y mantener su condición de capitán al mismo tiempo no es nada fácil. Hay que tenerlos bien puestos, pues salta a la vista que tiene mucho más que perder que ganar con esta decisión. Una vez más no optó por la ruta más cómoda.

Hay que recordar, igualmente, que ha afrontado la Presidents con una ausencia tan importante como la del Número 1 del mundo, Brooks Koepka, y con un jugador como Dustin Johnson que acaba de salir de una lesión. Sí, Estados Unidos seguía siendo mega favorito, pero no dejan de ser dos circunstancias que merman la solidez de cualquier bloque.

También fue valiente al colocarse en el primer partido de la Presidents el jueves. Absorbió todo el foco y toda la presión en el inicio del torneo y lo solventó de manera brillante ganando el punto con Justin Thomas. También ganó el foursome y, por supuesto, el individual. Es el único que lo ha ganado todo en Australia.

El ‘We are the Champions’ sonó en el autobús del equipo estadounidense

Sin embargo, a pesar de esta enorme retahíla de cosas importantes que ha realizado, la decisión clave con la que empezó a ganar la Presidents tuvo lugar el sábado a mediodía, plena madrugada en España. Nadie en el planeta tierra esperaba que Woods se fuese a quedar en el banquillo por segunda sesión consecutiva. La ausencia en el fourballs de la mañana se puede pensar que era hasta lógica. Sentía que debía y tenía que descansar, pero su ‘quitada del cartel’ por la tarde, cuando además las cosas no iban precisamente viento en popa, llamó mucho la atención. Qué estaba buscando… Por qué lo hacía…

La victoria de Estados Unidos en la Presidents Cup, en fotos

Fue justo ahí donde ganó la Presidents… Cambió la dinámica de su equipo y le inyectó la adenalina que necesitaba. El mensaje se escuchó alto y claro. Más o menos vino a decir: “Sí, yo soy vuestro capitán y líder, estoy para lo que queráis, pero amigos, esto no lo puedo ganar yo sólo”. Es la clave de cualquier Ryder o Presidents. Estos torneos se ganan cuando todos y cada uno de los miembros de cada equipo se responsabilizan de ganar sus puntos y se vuelven conscientes de que sin la suma de todos es imposible. Más que nunca hay que dejar de mirar las pizarras, debe darte igual lo que haga el de al lado y, sobre todo, no puedes pensar que otro vendrá y ganará la Ryder o la Presidents por ti. Así se empieza a perder el torneo.

Lo mejor de la apasionante última jornada de la Presidents Cup

Tiger Woods les dijo a todos con su decisión que la Presidents era cosa de doce. Era el mensaje necesario para esa última sesión por parejas y justo antes de los individuales, donde cada jugador debe ganar su punto. El guante se lanzó y todos y cada uno lo recogieron sin dudar. La sesión de individuales de Estados Unidos ha sido excepcional. Sólo Gary Woodland perdió su punto a Sungjae Im. Entendieron que Tiger Woods podía ganar sus puntos, como así lo estaba haciendo, pero no los suyos. El sábado al mediodía comenzó a ganar la Presidents. Seguramente no estaba en el plan, él quería jugar cuatro puntos, pero tuvo el olfato necesario para saber qué es lo que más necesitaba el equipo.

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