Inicio Blogs Raquel Wedge Y entonces se levantó de su silla Greg Norman

Y entonces se levantó de su silla Greg Norman

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Situamos la escena en los prolegómenos del OHL Classic at Mayakoba, cena del Pro-Am

Toma el micrófono el principal impulsor y promotor del torneo, el empresario español Juan Miguel Villar Mir. El dueño de OHL comienza a hablar de Jon Rahm.

El joven vizcaíno es una de las grandes atracciones de esta cita del PGA Tour y está en el centro de todos los elogios y alabanzas. El cartel es más que merecido. Hablamos del campeón del mundo amateur tras batir un registro que estaba en poder de Jack Nicklaus. Además, Rahm es el actual campeón de España y viene rompiendo récords y moldes en la Universidad de Arizona State, por donde han pasado jugadores de la talla de Phil Mickelson, Paul Casey o Alejandro Cañizares.

Ya ven, el interés que despierta está más que justificado. Su hoja de servicios lo avala. Todos quieren saber de Rahm, ¿quién es? ¿cómo es? ¿de dónde es? Hasta las leyendas. Así se produce una escena que difícilmente va a olvidar el prometedor golfista español. Se levanta de su silla Greg Norman, sí, el gran Tiburón Blanco, y se le acerca para saludarle y felicitarle por su gran temporada. Norman es el diseñador de El Camaleón, la sede del OHL Classic.

Poder vivir todas estas experiencias condensadas en una sola semana es un lujo para cualquiera, aunque al mismo tiempo no es fácil de digerir para un jugador de 20 años recién cumplidos y que está debutando en el PGA Tour. Es el gran desafío al que se enfrentó la semana pasada Jon Rahm. Era la primera vez que estaba en el centro de todas las miradas. Hay que tener en cuenta que normalmente compite por equipos en la universidad, donde la responsabilidad se reparte entre todos los compañeros. Aquí no, aquí toda la presión recae sobre los mismos hombros. Encontrar el equilibrio necesario en una semana de estas características no es sencillo. Todo el mundo está pendiente, se espera mucho, mientras por dentro él sólo pensaba, pero si no es más que mi primer torneo en el PGA Tour. «No dejo de ser un amateur más de 20 años», se decía. Funambulismo.

Sin embargo, sólo hay que hablar diez minutos con el golfista de Barrika para darse cuenta de que no se deja impresionar fácilmente. Sabe lidiar con este tipo de expectativas, transmite serenidad, seguridad y confianza. Las expectativas que se generaron en torno a su presencia en el OHL Classic fueron muy altas y no es sencillo controlar una avalancha de alabanzas de este calibre. No es fácil tener los pies en el suelo cuando ves que está siguiendo tu vuelta Luis Figo, por ejemplo –»y eso que yo soy del Athletic, ¡eh!, pero claro, Figo es Figo»–, aclara con una sonrisa.

Fue una experiencia más para Rahm, un paso adelante. Todo lo que ocurrió ya está analizado y procesado, porque este chico las coge al vuelo. Fue una primera toma de contacto con todo lo que se cuece alrededor de un campo de golf. Eso es lo que más tiene que aprender, porque de lo que ocurre sobre el verde ya se encarga él. «Creo que de alguna manera dejé mi marca y que estoy preparado para competir con los profesionales, aunque aún tengo tiempo por delante para seguir mejorando y afinando», sentencia.