El inicio del año ha sido como el Desembarco de Normandía. Muchos muertos y muchos heridos, aunque los pocos que se salvaron, eso sí, volvieron cantando.
Hasta el parón el año ha ido muy mal, no tanto de juego como de resultados. El putt no ha estado funcionado y mentalmente no estábamos bien. Ha habido temas extradeportivos personales y no personales y me ha costado mucho estar centrado en el campo. Me despistaba con facilidad y, sobre todo, no lo disfrutaba, no lo pasaba bien compitiendo. También hemos jugado campos que no me iban demasiado a mi juego, salvo el de Kenia… En fin, un poco de todo que se ha sumado se ha convertido en una bola de dragón y ha faltado ilusión.
Pero como digo, los que volvieron lo hicieron cantando y eso significa que ahora estamos con aires renovados. En Qatar empezamos a ver algo de luz. Convoqué de urgencia a Serginho (Sergio García, su entrenador), se cruzó el mundo para venir a Doha y arreglamos algunas cosas. Hemos hecho cambios en el putt y mentalmente estoy mucho mejor, con muchas ganas. Creo que ya estamos preparados para empezar a dejar de hacer el ridículo.
Ya en Qatar fueron mucho mejor las cosas. Jugué bien sin meter demasiados putts. Me dolió mucho fallar el corte porque fue de una haciendo tres putts en los hoyos 8 y 9, los dos últimos. Por cierto, el que puso la bandera del 8 debería dedicarse a otra cosa. Tenía que decirlo. Los tres de mi partido hicimos tres putts. Se quejaron unos 40 jugadores. Estaba en una loma sin hierba. Imposible.
Pero como digo, ahora mucho mejor. La semana pasada no salieron las cosas, pero disfrutamos en el campo. Nos hacía falta. Estamos con muchas ganas. Es cierto que han pasado ya casi cuatro meses de este año, pero realmente la mayoría de los torneos viene ahora, así que es un buen momento para estar enchufado.
He cambiado casi todo en el putt, menos mi manera de agarrar el grip. El palo es nuevo. Es el mismo con el que gané el torneo del Challenge en Sancti Petri. Por cierto, que ese putter se lo quedó el Puma de Laukariz (Javier Sainz) y creo que le está yendo muy bien… Es curioso porque mi primer torneo en el Challenge lo gané con uno que le cogí de la bolsa al Puma el tercer día porque él no había pasado el corte… Pero bueno, volvamos al putt…
Es como el que utiliza ahora Jon Rahm. Le he puesto, eso sí, un agarre nuevo, mucho más grueso que el que tenía. Concretamente es el mismo que usa Pablo Larrazábal. Creo que es un buen momento para copiar todo lo que hace Pablo… Me ha dicho que era ese grip y no he dudado, les he dicho: póngame dos…
Otro de los cambios que he hecho ha sido en la rutina de putt. El objetivo es pensar menos en meter la bola en el hoyo. Para ello, me fijo en una T con la que marcó la bola, justo donde está el número de la pelota, y además la bola la estoy poniendo un poco más en la punta del palo, porque para mí es como estar centrada, por mis sensaciones…
Por cierto, hablando de la rutina… Hay una cosa que hago desde hace ya tiempo y que de vez en cuando lo saco e igual os parece curioso… La verdad es que lo es. Cuando noto que me atrapo mucho en la rutina y mentalmente no me veo bien, para soltarme empiezo a hablar con Noe (Noelia García, su caddie y pareja)… Lo hago mientras le estoy pegando a la bola, en competición… Por ejemplo, «pues mira Noe, parece que este putt cae de izquierda a derecha y lo tiro por aquí y tal…». Me sirve para no pensar tanto. El porcentaje de acierto cada vez que lo hago es muy alto… No fallo una.
