Inicio Grandes Circuitos Asian Tour Una llamada de teléfono desde Taiwán
Carlos Pigem desvela a Tengolf una charla clave el día antes de lograr su primera victoria

Una llamada de teléfono desde Taiwán

Compartir

Sábado noche en Taiwán. A Carlos Pigem le da vueltas la cabeza. Está a punto de estallar. «Estaba cabreado, decepcionado«, confiesa a Tengolf poco antes de que el avión que lo trae de regreso a España con su primer trofeo bien guardado en la maleta levante el vuelo.

Pigem había firmado ese día 73 golpes en el Yeangder Tournament Players Championship. Había pasado de estar a un golpe del liderato a salir el domingo a seis. No, lógicamente no era la jornada del movimiento con la que había soñado el bravo jugador ilerdense. Estaba dolido. El recuerdo de Tailandia andaba demasiado reciente. Fantasmas. Había ocurrido apenas dos semanas antes…

Carlos salió a jugar la tercera ronda de la Queen’s Cup como líder del torneo empatado con Prom Meesawat y Paul Peterson, entregó una tarjeta de 71 golpes y cayó a la undécima posición, a seis impactos del primero. «El sábado por la noche en Taiwán pensaba que me iba a pasar otra vez lo mismo de Tailandia, el tercer día perdí todas las opciones y acabé el domingo en el puesto 19º», afirma. Era un momento complicado y decide liberarse hablando por teléfono con su equipo de máxima confianza. «Llamé a mi entrenador y mi preparador físico y les dije que ya me daba igual cuántas hacer el último día, qué más da si hago 73 o 75, porque yo lo que quería era ganar…», señala.

Pigem se está desahogando con su gente. Lo necesita. Su entrenador es Manuel Liñán, el hombre que lleva toda la vida cuidando su swing, del suyo y del de Emilio Cuartero y Gerard Piris, entre otros. Al otro lado del teléfono está también su preparador físico, Joan Solé, un hombre curtido en mil batallas deportivas, un veterano con muchísima experiencia. Así lo acredita su curriculum, donde figuran, entre otras cosas, sus cinco años como preparador físico del FC Barcelona. «Me dijeron que el golf es un deporte muy duro y que cosas como la de Tailandia me van a pasar muchas veces más. Tienes que estar preparado, me dijeron. Durante la charla me comentaron: tú concéntrate sólo en lo tuyo, no en lo que hagan los demás, sólo céntrate en tu juego y a ver qué pasa. Con esa idea salí al campo el domingo y lo cierto es que me ha ido muy bien», afirma.

Pigem reconoce que el sábado iba más atento a cosas externas que a su propio golf. «Fui demasiado pendiente del leaderboard y de los demás jugadores, por eso no jugué bien. Sin embargo, el domingo me dije: sé que es muy difícil ganar, pero al menos haz un buen torneo, acaba cuarto o séptimo y, sobre todo, me centré en lo mío. Sólo miré las pizarras en el hoyo 18», admite.

El plan salió a pedir de boca y Pigem se alzó con la primera victoria como profesional de su carrera. Un triunfo que antes o después tenía que llegar. Quienes los ven jugar y entrenar a diario estaban convencidos. «Estoy súper contento, muy emocionado, aún no me lo creo… Pensé el sábado que se me habían ido las opciones, como hace tres semanas en Tailandia, y al final he ganado. Cuando metí el putt de la victoria hasta lloré de la emoción. Espero que sea la primera victoria de muchas», afirma.

El triunfo en el Yeangder Tournament Players Championship le concede dos años de excención en el Asian Tour, aunque su objetivo sigue siendo dar el salto al Circuito Europeo. «Confío en que con este triunfo me pueda llegar alguna invitación más de Europa. Quiero jugar en el European Tour«, sentencia. Aunque ojo, eso no quiere decir que reniegue del Asian Tour, ni mucho menos. «Aquí llevo ya cuatro años y la verdad es que me está curtiendo mucho como jugador», remata. Este miércoles celebrará con su gente su vigésimo sexto cumpleaños. Y lo hará con un trofeo bajo el brazo.