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Alfredo, en el epicentro del misterio del golf

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Alfredo García Heredia lleva cerca de tres años trabajando con su primo, Jorge Parada, que hoy en día es uno de los gurús jóvenes más reconocidos del golf en Estados Unidos, y el jugador español está convencido de que es mucho mejor jugador de golf hoy que cuando disfrutó de los derechos de juego en el circuito europeo, hace unas cuantas temporadas. Después de tirar 64 golpes en El Encín y liderar el Challenge de Madrid tras la primera jornada, hay que dar crédito a sus sensaciones, o mejor dicho, a esa profunda convicción. Y sin embargo…

Sin embargo, no le llega de momento para alcanzar uno de sus dos objetivos claros: recuperar la tarjeta del circuito europeo a través de la Escuela, o bien conseguir la del Web.com en Estados Unidos, también a través de la Escuela. ¿Alguna explicación lógica? ¿Cómo se puede ser mejor jugador y que tus resultados no terminen de confirmarlo? Estas cuestiones, por supuesto, se sitúan en el epicentro del misterio de este deporte, y hasta los amateurs de toda condición y hándicap saben de qué se está tratando…

«Yo soy el primer sorprendido y, desde luego, es muy difícil de explicar», admite Alfredo, que enseguida razona que a lo mejor el golf no es demasiado diferente a otras batallas de la vida, sobre todo cuando esta se torna puñetera. «No todo el mundo sigue el mismo camino y en los mismos tiempos. Hay quienes son muy buenos en su trabajo y se hartan de ver a otros menos brillantes que suben antes. Son cosas de la vida que a veces no tienen explicación y creo que en el deporte en general también pasa. Estás jugando muy bien y justo el día que te juegas pasar una calificación de la Escuela no metes ni una, sin saber por qué… Son cosas de la vida y la única receta tiene dos palabras: mucha paciencia. Yo la tengo. La pregunta es si llegaré a desesperarme con el paso de los años. Creo que no».

¿Cuál sería entonces el consejo de Alfredo García Heredia a ese chaval joven que por ejemplo anda pensando en hacerse profesional o en seguir mejorando y apurando sus opciones? No lo duda: «lo primero, insisto, es la paciencia. Lo segundo, estar seguro de tus condiciones. Yo, por ejemplo, confío en lo que me dice gente que sabe mucho y no va a engañarme. Ese es el tercer punto: rodearte de gente que te aprecie de verdad. Una vez sabes que tienes las condiciones mínimas, yo estoy convencido de que si trabajas bien, sin prisa, en un 95 por ciento de los casos acabas consiguiendo tu objetivo, puede que un poco más arriba o un poco más abajo, pero viviendo de lo que te gusta».