No se puede decir que le haya ido especialmente bien a la Armada española en el primer torneo del calendario del Challenge Tour, el Barclays Kenya Open, una vez consumidas las dos primeras jornadas y establecido el corte. Tan solo José Manuel Lara (-1) y Carlos del Moral (PAR) van a estar el fin de semana en el Karen Country Club de Nairobi, y ambos están además muy lejos del líder, el sudafricano Jacques Blaauw (-10).
Sin embargo, precisamente uno de ellos, Del Moral, ha dejado la gran historia del día, protagonizando una vuelta de auténtica locura para remontar el 78 del jueves y ganarse una plaza dentro del corte. ¿Cómo es posible firmar un 66, seis menos en el día, en una tarjeta donde hay dos bogeys y un doble bogey? Pues una de las maneras de hacerlo es sumando la friolera de diez birdies y esta es precisamente la que escogía el valenciano, un jugador que cuando se mete en su burbuja es capaz de hacer birdies desde el vestuario…
Porque eso es lo que ha ocurrido. Del Moral comenzaba hoy como un tiro, con tres birdies consecutivos. Todo precisión, dejando la bola muy cerca de las banderas. En ese momento, el objetivo de pasar el corte ya no era una quimera y, además, sumaba un nuevo birdie en el hoyo 5…
Por desgracia, llegó el cortocircuito: dos bogeys y un doble bogey en los hoyos 7, 8 y 9. No es que su swing se desmandara demasiado, pues el problema se daba sobre todo en los greenes con dos tripateos de lo más inoportunos. Ahora sí que parecía todo perdido con un parcial de par en el día después de nueve hoyos y muy, muy lejos de la línea del corte…
«En ese momento, sí, ya pensaba que lo había tirado todo. Pero luego he seguido tranquilo, pensando en todo el buen trabajo que he hecho este invierno y sobre todo en seguir jugando tal y como estoy entrenando, manteniéndome comprometido… Y el caso es que he seguido jugando muy bien», ha explicado el jugador español a Tengolf.
De repente, se armaba la marimorena. Es cierto que la segunda mitad del Karen Country Club tiene mucho birdie, pero eso es una cosa y otra que Del Moral se dejara opciones de birdie en los nueve greenes, sumando un total de seis y sin patear en ningún momento desde más allá de cinco metros del hoyo… De hecho, los tres putts que tiró en los hoyos 11, 13 y 16, que fueron los únicos donde no hacía birdie, anduvieron los tres cerca de entrar disparando desde distancias entre los cuatro y cinco metros. Aquello se había convertido en una espléndida escabechina de acoso y derribo al campo.
Detrás de estas historias increíbles siempre hay algunas claves que arrojan algo de luz. Por ejemplo, parece que el 78 del jueves no respondía exactamente a las sensaciones de juego del valenciano. Pero en esa primera ronda se dio una fatal circunstancia que ayudó a sacar al jugador de sus raíles por los segundos nueve hoyos de la vuelta: sencillamente, Carlos se quedó sin agua e iba «masticando la saliva», según explica. No es cualquier cosa en Kenya, jugando en uno de los últimos partidos, a eso de las cuatro de la tarde en el meridiano de la ronda y con más de treinta grados de temperatura sobre el cogote…
En su descargo hay que decir que él no podía prever que las neveras se quedarían vacías. El resto de partidos había arrasado con las existencias de agua. Como se ve, no todo es glamour en el golf profesional, más bien lo contrario. «Si algo he aprendido es que hay que ir bien hidratado, porque de otra manera un calentón se pueden convertir en 42 golpes en nueve hoyos», sentencia.
