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La habitación 108

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– En el hotel Park Inn de Muscat, en Omán, no están Jodie Foster ni Kristen Stewart, al menos nadie las ha visto por ahora, sin embargo, las seis plantas de este confortable hotel de la cadena Radisson están plagadas de Habitaciones del Pánico. ¿Se acuerdan? Película de 2002 de David Fincher en la que una madre y una hija se esconden en una especie de bunker durante el asalto de unos ladrones a su casa.

El hotel es el centro neurálgico de las operaciones de la gran final del Challenge Tour. Aquí están la mayoría de los jugadores y se pueden imaginar que la tensión, a pocas horas de que arranque la última prueba del año, se corta con cuchillo. Todos se están jugando algo. Los 45 jugadores presentes en Omán tienen opciones de meterse entre los quince primeros. De hecho, al jugador que marcha en el puesto 45º, Peter Whiteford, le podría valer incluso un segundo puesto. «Debemos acabar entre los tres primeros. Es difícil, pero hay esperanza», nos decía ayer convencido Jackie, caddie sueco que maneja la bolsa de Steven Jeppesen (28º) y que lleva con orgullo haber vivido cinco años en Torremolinos. Nervios. Y los que ya están entre los quince primeros, o necesitan jugar bien para mantenerse dentro del objetivo, o quieren mejorar su posición para entrar en más y mejores torneos del European Tour el próximo año. Mucho drama.

– Sin embargo, en medio de este ambiente, hay una habitación que es algo así como la aldea gala de Astérix. Una cosa radicalmente distinta donde bien podría ubicarse esta semana el SPA del hotel. Hablamos de la habitación 108, exactamente la que comparten Nacho Elvira y Borja Virto, probablemente los que menos se juegan esta semana. Aquí no hay pánico, y mucho menos drama. Elvira no puede ganar el Challenge (tendría que vencer el sábado, que Gouveia se retirara y que Gros acabara último). Tampoco puede mejorar su condición para el año próximo, pues el ganador de tres torneos en un año está por delante del vencedor del Challenge. Así las cosas, su único aliciente, más allá de la ambición deportiva, es acabar entre los tres primeros del ranking para llevarse una parte del bonus que reparte el Challenge: 30.000 euros para el primero, 20.000 para el segundo y 10.000 para el tercero.

Borja Virto tampoco se juega demasiado, o al menos no tiene la tensión por lograrlo. Los que realmente están cerca en el ranking y pelean cara a cara por el triunfo en el Challenge son Gouveia y Gros. La 108 es la habitación del relax. «Es un premio a la temporada. Quiero hacerlo bien, obviamente, pero es una semana relajada y de disfrute», admitía Elvira a Tengolf.

– Más allá de la relajación, o precisamente por eso, no pierdan de vista a Elvira esta semana. El cántabro está encantado con el campo y su juego emite buenas vibraciones. Además, tiene ganas de sacarse la espinita de los últimos torneos en el European Tour, donde las cosas no rodaron como él hubiera deseado en cuanto a resultados. Un dato más: jugó este torneo en 2013 y acabó noveno…

– La tensión de John Hahn. El norteamericano no sólo tendrá que vivir esta semana con la presión de ocupar el puesto 15º en el ranking del Challenge, el más deseado por los treinta jugadores que lleva detrás, sino que deberá jugar sabiendo lo que van haciendo en cada hoyo sus rivales más inmediatos. Los horarios de salida de la Final del Challenge este miércoles (de 07.30 a 10.04, hora local, tres horas menos en España) se han establecido según el ranking en la Race to Oman. Así las cosas, por delante de Hahn juegan el 16º, 17º y 18º del ranking. Es un traguito.

Ricardo Gouveia jugará la Final de Omán con su padre en la bolsa. No, no es ningún premio final a la temporada o una especie de homenaje, es algo más que frecuente. El portugués, Número Uno del Challenge Tour, ha jugado este año unos diez torneos con su padre como caddie. Es un empresario de éxito, de nivel medio como amateur, que disfruta de lo lindo acompañando a su hijo. En realidad, todos los que juegan con Ricardo disfrutan… Qué manera de pegar a la bola. Míster consistencia.