Ryan Fox (-10) es el primer líder del Rolex Trophy después de entregar un 62 en el Golf Club de Genève. Al hecho de una tarjeta de semejante calibre hay que añadir un dato aún más sorprendente: el neozelandés firmaba tres eagles en tres de los pares 5 del recorrido suizo y en el par 5 restante hacía el birdie. Un total de siete menos en los hoyos largos. El asunto no queda ahí: resulta que dos de esos eagles los hizo embocando putts de menos de un metro, mientras que el otro no llegaba a los tres metros de distancia. Drives de lujo y hierros de locura. A eso se le llama romper todas las defensas, descuajeringar literalmente los pares 5 de un campo. Se da la inaudita circunstancia de que los 42 jugadores han sumado un total de nueve eagles en la primera ronda y un tercio del total corresponden a un solo jugador…
La capacidad de este novato, hijo del mítico ‘All Black’ Grant Fox, ya estaba más que demostrada, pues en apenas cinco torneos en el Challenge Tour ya atesora una victoria y otros tres top-ten más. Da la sensación de que se le está quedando pequeño, porque su capacidad de hacer birdies y resultados muy bajos es desbordante. Mucha atención con él porque el año que viene será un fijo en el circuito europeo.
La jornada, en todo caso, era propicia y la exhibición del neozelandés apenas le ha valido para sacar un solo golpe al segundo clasificado, que no es otro que el español Nacho Elvira (-9). El cántabro ha entregado su mejor tarjeta del año y eso es mucho decir tratándose de un doble ganador. Magnífica su puesta en escena y no olvidemos que un triunfo le concedería automáticamente la tarjeta del circuito europeo ya mismo.
Borja Virto (-3) también ha comenzado con buen pie. Está lejos de Fox y Elvira, pero bien situado en la clasificación y con un mundo todavía por jugarse.
