Inicio Grandes Circuitos Challenge Tour Una indeseable invitada sorpresa en la Final del Challenge Tour
El hongo de la curvularia atacó los greenes del Almouj este verano y los ha dejado maltrechos

Una indeseable invitada sorpresa en la Final del Challenge Tour

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Los finalistas del Challenge Tour tendrán que lidiar esta semana con un exigente recorrido de Greg Norman, la presión añadida de estar jugándose la tarjeta y una invitada indeseada, indeseable e inesperada que responde al nombre de curvularia.

La curvularia es un hongo muy agresivo que ataca a las plantas y provoca enfermedades. Su víctima este pasado verano fueron los greenes del Almouj Golf Club de Omán y sus efectos son aún muy visibles. Día a día se van recuperando los greenes por el trabajo de los empleados del club de Mascate, pero la realidad es que no ha habido tiempo material para tenerlos a punto para el torneo que arranca este miércoles.

El ataque de la curvularia ha hecho que los greenes estén muy irregulares. De hecho, en algunas zonas aún presentan calvas importantes, lo que no sólo afecta a la hora de tirar un putt por el rodar de la bola, sino que también puede ser determinante en los tiros a green. No es lo mismo botar en una zona de hierba que en otra más dañada, la respuesta de la bola se vuelve imprevisible.

El Challenge Tour tratará en todo caso que el problema afecte en el juego lo menos posible, colocando las banderas en las mejores zonas de los greenes, aunque evidentemente limite mucho el margen de maniobra a la hora de elegir las posiciones.

Álvaro Velasco, uno de los tres españoles que juegan la Final del Challenge, comentaba el problema con Tengolf. «Es una lástima. El diseño del campo es muy bueno y está en unas condiciones excelentes, excepto los greenes. Tuvieron un problema con un hongo este verano que destrozó todos. La verdad es que no están bien. Hay zonas muy irregulares donde apenas hay hierba y la bola no responde como de costumbre. No sólo afecta al ruedo del putt, sino también a los botes de los golpes de fuera de green», afirma el golfista catalán.

Jordi García Pinto, otro de los finalistas, era de la misma opinión que Velasco. «El campo es muy, muy bueno, exigente en todas las parcelas del juego, pero es una pena cómo están los greenes. Es la misma sensación como si estuvieran quemados. Una pena», asegura.

La madre naturaleza tiene estas cosas y poco se puede hacer con esto más que lidiar y tratar de minimizar al máximo el problema. En ello están en Omán. En cualquier caso, como siempre suele decirse con este tipo de asuntos, la indeseable invitada es igual para todos.