Está claro que Tiger Woods ha conseguido todo su éxito gracias a su esfuerzo y trabajo, pero nunca se sabe qué hubiera ocurrido con el propio Tiger u otros jugadores negros en la historia del golf sin la aparición de Charlie Sifford en la década de los 50.
Por aquel entonces, el PGA Tour era un circuito “únicamente para jugadores caucásicos”, pero no era una excepción, pues había pocos deportes en Estados Unidos que permitieran la presencia de afroamericanos en sus competiciones. En 1946 llegó el primer revolucionario, el famoso Jackie Robinson, que plantó cara a la Major League Baseball, la liga de beisbol en USA, y fue capaz de empezar a cambiar la historia del deporte para los jugadores negros.
Un año después, Sifford se interesó y fue a hablar con Robinson para decirle que quería seguir sus pasos en el golf, al que se refirió como “un deporte en el que la bola es tan blanca como los que lo juegan.”
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Sifford había empezado su relación con el golf de la única manera que un niño podía hacerlo en Carolina del Norte en los años 30, como caddie. De los 60 centavos que ganaba, 50 iban para su madre y él se quedaba con 10, hasta que a los 13 pudo conseguir su primer palo y empezar a jugar.
Su carrera estuvo llena de obstáculos, tal y cómo le vaticinó Robinson cuando charlaron, pero a pesar de estar solo en esa lucha, nunca se rindió. Ni siquiera cuando en el Phoenix Open de 1952 se encontró en su llegada al tee del 1 con unos excrementos que alguien le había dejado y por los que esperó una hora para salir hasta que los retiraron.
Su lucha llevó varios años, pero en 1957 empezó a ver sus frutos, pues consiguió ganar en el Long Beach Open, convirtiéndose en el primer golfista negro en ganar un torneo en el que la inmensa mayoría eran jugadores blancos.
No fue hasta 1960 cuando logró la tarjeta del PGA Tour, lo cual hizo que el fiscal general del Estado, Stanley Mosk, presionara al circuito para que eliminara la premisa de “únicamente caucásicos”, o prohibiría que se jugaran competiciones suyas en muchos puntos de los Estados Unidos. Finalmente, en 1961, el PGA Tour cedió y permitió la presencia de jugadores negros entre sus miembros. El sueño de Charlie Sifford se había hecho realidad.
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Pero este héroe de la comunidad afroamericana no dejó de luchar ahí, quería hacerse un hueco entre los mejores del mundo. Aunque sus años de mejor golf ya habían pasado, fue capaz de mantener la tarjeta muchos años e incluso de ganar dos torneos del PGA Tour, el Greater Hartford Open de 1967 y el Abierto de Los Ángeles en 1969. En 1975 ganó el PGA Seniors Championship, torneo que cinco años más tarde fue del Champions Tour, circuito en el que también Sifford fue miembro de pleno derecho durante muchos años y donde ganó el Suntree Classic de 1980.
Todavía le quedaba una barrera por romper, y por fin cayó en 2004, cuando ingresó en el World Golf Hall Of Fame, un honor que habían tenido 100 golfistas anteriormente, ninguno de ellos negro. Fue seleccionado a través de la categoría ‘Lifetime Achievement’ por sus contribuciones a este deporte. «Esta noche honramos a un hombre no solo por lo que logró en el campo, sino por el curso que eligió en la vida», dijo el jugador sudafricano Gary Player cuando presentó a su viejo amigo en la ceremonia.
«Hombre, estoy en el Salón de la Fama, el Salón de la Fama Mundial», dijo Charlie Sifford en su discurso. «¡No os olvidéis de esto! Estoy en el Salón de la fama mundial con todos estos grandes jugadores. Parece que ese viejo golf que jugué estaba bien, ¿no? «, sentenció Sifford.
Como decíamos al principio, nadie sabe que hubiera sido de jugadores como Tiger sin él, pero Woods también está agradecido eternamente a lo que Sifford hizo: “Tiene mi respeto y mi gratitud por los sacrificios que hizo para abrir las puertas de este gran juego a las personas de color.”
Más vale tarde que nunca, debió pensar en el escenario de la ceremonia del World Golf Hall of Fame este tremendo luchador que honra a un deporte como el golf. Un ejemplo de vida, pues demostró que a pesar de los obstáculos que otros te pongan, nada es imposible.