Si hace apenas unas semanas recordamos el hito histórico de Jim Furyk en el Travelers Championship de 2016 (único jugador en la historia del PGA Tour en entregar una tarjeta de menos de 59 golpes), hoy toca hablar de algo parecido. Y es que Christiaan Burke, un joven amateur sudafricano, consiguió terminar una vuelta de 18 hoyos en dieciséis bajo par. O lo que viene siendo lo mismo: 56.
Si, han leído bien. 56 golpes. Y lo hizo en su Sudáfrica natal, en el campo de Potchefstroom Country Club, con unos primeros nueve hoyos de ensueño. Cuatro birdies y tres eagles le permitieron cerrar la primera parte del recorrido en diez golpes bajo par. Los segundos nueve hoyos, con 4 birdies y ‘apenas’ un eagle, permitieron al joven de 20 años entregar una tarjeta con la que muchos jugadores sueñan a lo largo de sus carreras.
Tal y como recoge Ryan Crombie en su artículo publicado en Bunkered, el propio Burke estaba en shock tras finalizar la ronda. “Este es definitivamente el mejor golf que he jugado, estoy muy contento”. Como para no estarlo, Christiaan.
El joven amateur cuenta que, cuando se encontraba en ocho bajo par tras seis hoyos, supo que algo grande se estaba cociendo. “Sabía que podía ser un gran día y que debía seguir en la misma línea, concentrado en mi propio juego y dando todo de mí mismo.” Y así fue ya que el altísimo nivel de juego que mostró en los primeros hoyos se mantuvo a lo largo de todo el recorrido.
Seguiremos con especial atención el desarrollo de esta joven promesa. De momento, pinta bastante bien. Es el número 448 del ranking mundial amateur, aunque el pasado mes de mayo ganó un torneo del circuito Ernie Els con una vuelta de 62 golpes y cinco de ventaja sobre el segundo. Es una de las estrellas emergentes del golf sudafricano. Por cierto, no fue récord del campo porque se jugó colocando bola. Jugó con un hándicap de +8… Tremendo.
