(Serial para despedir 2019. Nuestros profesionales nos cuentan su peor y su mejor momento del año. Del subidón, al tierra trágame. Hay de todo, como en botica).
Adrián Otaegui sitúa sus dos anécdotas en Australia y Suecia. Dos momentos muy concretos. Dos golpes.
El subidón:
El primero que me ha venido a la cabeza sin pensarlo ha sido una sacada de búnker que hice en el último hoyo de Perth, en el ISPS Handa World Super 6, que se jugó match play en Australia en febrero.
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Creo que fue en el partido de cuartos de final contra el australiano Min Woo Lee. Fue un partido bastante tenso. Si recordáis, se juega a seis hoyos, por lo que no hay mucho margen de maniobra. Perdí el hoyo 2 y conseguí remontarlo. Competí muy bien en un duelo que fue a cara de perro.
Llegamos empatados al último hoyo y la situación era la siguiente: él estaba de dos en green y yo en el búnker de green, corto a la derecha, con la bandera larga a la izquierda encima de un piano, con una sacada cuesta abajo… Delicada. Recuerdo que la toqué perfecta y la dejé a menos de un metro.
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Después, Lee hizo tres putts y me dio el mío para ganar. Fue una sacada muy, muy buena.
Tierra trágame:
Podría decir que es precisamente éste en el que os estoy escribiendo ahora mismo, recién salido de gimnasio, tras meterme una sesión de cardio con una sudada espectacular… Pero bueno, más en serio…
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El primero que se me viene a la cabeza es un hierro 3 que pegué en el hoyo 7, que era mi 16, el viernes del Scandinavian Invitation. Venía luchando como un jabato todo el día, jugando bien, en condiciones no fáciles y a falta de tres hoyos pegué desde la calle un hierro 3 a la derecha, al agua, y me dolió bastante. En ese momento estaba dentro del corte y lo acabé fallando por ese golpe.
