Andrew Johnston (+1) ha estrenado su palmarés ganador en el circuito europeo en un escenario de prestigio y bajo unas condiciones muy complicadas de juego. No es por tanto el suyo un triunfo cualquiera; es de los que ponen sobre aviso. Le ha valido una tarjeta final de 70 golpes, una menos en el día, fundada en la precisión de sus hierros (ha cazado 16 greenes en regulación), y redondeada con un birdie supremo en el hoyo 16, el más complicado de Valderrama en la media general de la semana.
El inglés es pura frescura, aunque su juego sea ordenado por encima de todo: este año, confirmado ya como el de su definitivo despegue, aparece entre los mejores en estadísticas como la seguridad desde el tee y los greenes en regulación. Pero sabe disfrutar en el campo y desde luego parece tan franco como lo es su risa, voluptuosa y profunda, carcajada de tenor.
El recorrido gaditano, tal y como se prometía, se ha dejado hacer un poquito más, aunque sin excesos: se han dado hasta diez resultados bajo par. Y el mejor de todos ellos lo ha producido Sergio García (+3, tarjeta de 67 golpes), que finalmente se quedaba corto en su brillante galopada. Pateó para eagle en el 17 desde unos tres metros, pero la bola lamió el borde; y acto seguido fallaba el segundo tiro en el 18 para terminar con bogey. Al fin y a la postre estas dos acciones puntuales le impidieron haber salido al menos a jugar un desempate. Pero hay que reconocer por encima de todo los méritos del castellonense en la última ronda, porque su sombra, habiendo salido a seis golpes de la cabeza, se iba agrandando según transcurrían las horas y los hoyos. Finalmente, llegó hasta donde llegó. Suficiente para prolongar su idilio con Valderrama, donde además de un triunfo y tres segundos puestos suma hasta once puestos en el top-ten en doce apariciones.
En el primer tercio de la vuelta la Armada parecía moverse en perfecta sincronía, agrupándose hasta cinco jugadores dentro del top ten y con Pablo Larrazábal y Pep Anglés mirando de frente al liderato. Valderrama vibraba. Sin embargo, Pep y Pablo terminaban siendo cruelmente engullidos por el campo. No se puede obviar, de todas maneras, su espléndida semana. Especialmente la de Anglés, que ha brindado una excelente pista de por dónde puede discurrir su carrera profesional. En el terreno emocional lleva ventaja, desde luego, porque hay que ver la capacidad que tiene de quedarse con la parte positiva de cualquier situación. Si cuida esta facultad, decisiva en la competición de élite individual, su futuro será más fecundo de lo que ya promete.
