En los vestuarios, en el autobús camino del campo de golf, en los aviones, en los comedores, en el tee del 1, del 6 y hasta del 18… Cualquier esquina de un torneo es buena para mantener una charla, intercambiar una opinión. No se habla de otra cosa en el DP World Tour. Son horas de incertidumbre.
Flota en el ambiente una calma tensa. Sobre la mesa está LIV Golf, las sanciones impuestas a los que jugaron en Londres, el plan (o no plan) del circuito a corto, medio y largo plazo y la reunión de mañana. La gran cumbre del circuito europeo. Lo mismo que hizo el PGA Tour en el Travelers el pasado martes, pero en versión viejo continente.
Este martes por la tarde en Irlanda están convocados todos los miembros del DP World Tour a la gran reunión. Keith Pelley, el jefe, va a dar explicaciones. Se espera que cuente más detalles sobre el acuerdo con el PGA Tour, que haga un informe de daños de lo que puede suponer al Tour europeo LIV Golf y la inyección económica al Asian Tour, del plan de contraataque, de las sanciones, si van a ir a más, de la Ryder Cup, de las medidas a futuro… En definitiva, se esperan respuestas a la ingente cantidad de preguntas que tienen los jugadores.
Está convocados todos. Los que juegan esta semana en Irlanda acudirán de manera presencial en Mont Juliet y los que no están allí podrán intervenir de manera remota por videoconferencia mediante un enlace. Hay mucho en juego y nadie lo va a perder.
Antes de la gran sentada del golf europeo, Ten Golf ha querido palpar cómo está el ambiente entre los jugadores. Hemos preguntado sus sensaciones, su opinión, una valoración sobre la primera respuesta del Circuito Europeo a los que jugaron en Londres. Es una consulta anónima. Los golfistas no dan sus nombres para darles la posibilidad de que hablen con más libertad. Esto es una prospección para saber cómo está el ambiente.
«A mí las sanciones me parece que está bien, pero debe ser sólo el principio. Tienen que ir a más. Me gustaría saber, por ejemplo, por qué no se les ha prohibido también jugar el Irish Open. No entiendo que en Escocia no y en Irlanda sí. Imagino que será por las presiones del PGA Tour, ya que Escocia es compartido, pero eso me mosquea un poco», asegura uno de los golfistas consultados.
No es el único que apuesta por tener más mano dura. «Las normas del circuito con las normas del circuito y, aunque a mí me puedan parecer injustas, mientras existan hay que cumplirlas. Si se rompen las reglas, hay consecuencias. Yo entiendo las dos posturas. Defiendo que los jugadores puedan jugar donde quieran y me da igual las razones por las que lo hagan, lo mismo me da que sea por dinero que por gloria, no me incumbe a mí. En cierto modo, me siento chantajeado por el circuito cuando nos piden que lo salvemos. A mí nadie me ha regalado estar aquí, me lo he ganado yo», afirma otro jugador. Y añade también la otra versión: «ya digo que entiendo las dos posturas… Entiendo que el PGA Tour o el European Tour se protejan porque está en juego su supervivencia, pero en ese caso creo que las sanciones que impusieron la semana pasada se quedan cortas. La multa económica puede valer, pero la sanción de no jugar debería ser indefinida, como en el PGA Tour. Hay que dejarse una puerta abierta para dar marcha atrás, pero sancionar con dos o tres torneos me parece muy poco», sentencia.
Hay jugadores que están de acuerdo con el contenido, pero no con las formas. «Creo que la sanción es bastante equilibrada. También pienso que va a ir a más. Lo que menos me ha gustado de la manera de actuar del European Tour es que las sanciones se tendrían que haber sabido antes del torneo de Londres. Los jugadores debían saber antes de jugar las consecuencias, no una simple amenaza de lo que podría pasar. Si después, juegas, ya sabían a lo que te exponías», afirma.
Otra de las opiniones consultadas por Ten Golf va en la línea de que los jugadores tomen su decisión y elijan. Más o menos es un todo no se puede tener, más que nada porque la supervivencia de los circuitos está en juego. «Las sanciones no me parecen poco ni mucho, quien decide jugar el LIV Golf no debería jugar otra cosa. A mí es que el nuevo circuito no me gusta, lo veo descafeinado, es más show que golf, tres vueltas, por equipos… A mí me gusta cómo se juega en el European Tour, pero respeto a quien se quiere ir a LIV. Es más, yo mismo jugaría en el LIV si tuviera una buena oferta, pero no jugaría en los otros circuitos», explica.
Hay otros jugadores que consideran que las multas económicas no son la solución. «No creo que arreglen nada. Es más, yo no creo que el PGA Tour o el European Tour deban combatir a LIV Golf. Este circuito es un premio para los jugadores que han alcanzado un cierto nivel, que han ganado cosas, han llegado al top 50 mundial… Es algo más relajado, me lo paso bien… Entiendo que quieran que desaparezca por la competencia, pero no van a poder porque el dinero es su principal potencia y lo tienen todo. El mundo se mueve por dinero. El 95 por ciento de los golfistas juegan por dinero y el que no lo reconozca es mentira. Tenemos la suerte de que coincide nuestra manera de ganar dinero con lo que nos gusta, pero lo hacemos por ganar dinero y mantener un estilo y rtimo de vida. Las multas económicas, salvo que sean de medio millón, y no creo que lo hagan, no van a tener impacto. Para mí la gran clave, dando por hecho, así lo veo yo, de que LIV Golf va a salir adelante es qué van a hacer el PGA Tour y el European Tour para mantenerse en pie con las bolsas de premios actuales. En el futuro que yo diviso van a salir perdiendo los jugadores que ahora mismo están entre el puesto 100 y el 500 del ranking mundial, van a salir perjudicados porque LIV va a hacer daño a PGA Tour y European Tour y las bolsas van a ir bajando», afirma.
Como pueden ver, hay opiniones para todos los gustos, pero sobre todo existe incertidumbre y mucha inquietud. «Yo tendré una opinión más formada después de la reunión de mañana. Nos tienen que contar muchas cosas, deben dar respuestas», asegura otro jugador consultado.