El turno matutino de juego de la segunda jornada del Trofeo Hassan II nos ha dejado una evidencia: hoy va a costar un poco más hacer resultados bajos. No es que sople mucho el viento, aunque en efecto sí se está dejando notar, pero esa no es la única causa, sino también algunas posiciones de bandera.
Así pues, de momento, nadie ha bajado de 69 golpes, que es el mejor resultado firmado en el turno de mañana, hasta el punto que nadie ha podido dar caza al líder, Adrien Saddier, que sale a jugar por la tarde. Pero precisamente en esos 69 golpes se han movido dos de las bazas de más peso de la Armada española, Rafael Cabrera Bello (-6) y Pablo Larrazábal (-5), que se han ganado ya un puesto en los últimos partidos del sábado.
Cabrera Bello se ha encontrado hoy un poco más cómodo. Y no tiene tanto que ver con su juego, que también, como con su calzado y los problemas físicos. El canario arrastra desde hace tiempo una lesión en el dedo meñique del pie derecho. Una pequeña fractura ósea que se produjo en la playa, hace seis semanas, antes de viajar a Estados Unidos. De hecho, en Puerto Rico alcanzaba el top ten jugando con un calzado muy liviano, las clásicas zapatillas de deporte, y hoy ha sido la primera vez que se ha podido calzar sus zapatos deportivos habituales de juego. El jugador español no ha tenido en todo este tiempo excesivos problemas para realizar el swing; las molestias serias aparecían al andar, cuando ya llevaba un tiempo en el campo. Mucho hielo en la zona afectada después de jugar y paciencia, han sido dos de los ingredientes principales en la receta de su recuperación.
Larrazábal, por su parte, finalizaba por el hoyo 9 con sendos birdies. Lo mejor de su vuelta, curiosamente, se vio en los dos extremos: un inicio con tres birdies muy rápidos, además del final citado. Sea como sea, el barcelonés está confirmando todas las buenas sensaciones que él viene notando en los entrenamientos.
José María Olazábal (+1) hoy ha sufrido, pero finalmente va a salvar el corte. Parece que es algo así como el sino del vasco: no hay premio sin sufrimiento ni dos días seguidos en paz. En este sentido (sufrimiento y final feliz) la palma se la puede llevar Pedro Oriol (+2), que necesitaba la friolera de 43 golpes para completar los primeros nueve hoyos del Golf du Palais Royal (Agadir, Marruecos), con dos dobles bogeys y tres bogeys en este tramo, y sin embargo reaccionaba con cuatro birdies en el último tercio del recorrido que seguramente lo van a meter dentro del corte. No sería ninguna tontería el logro, ya que Oriol completaría su cuarto corte pasado en cuatro torneos, justo lo que le hace más falta a un jugador que lleva toda su vida deportiva en busca de la consistencia y de la confianza en sí mismo.
Eduardo de la Riva (-1) también lo vio negro por momentos, perdiendo muy rápido buena parte de la renta obtenida el jueves, pero conseguía tranquilizarse y estabilizar el resultado con diez pares consecutivos para finalizar la ronda.
Por último, y a pesar de haber finalizado con un abrupto doble bogey en el hoyo 9, hay que anotar el progreso de Matteo Manassero (-1), que hoy ha entregado su primera tarjeta bajo par del año 2015. Se echaba de menos al joven italiano (sí, todavía joven, muy joven: no cumplirá 22 años hasta dentro de tres semanas), que parece estar recuperando su temple proverbial.
