Una tercera jornada muy ventosa en Doha ha puesto el Qatar Masters patas arriba. Tan solo cuatro jugadores eran capaces de jugar por debajo del par, entre los que se encuentran el líder, el veterano sudafricano Darren Fichardt (-7, vuelta de 70 golpes), que se ha mantenido ahí arriba a fuerza de oficio, y el español Jorge Campillo (-2, hoy vuelta de 70), que viniendo desde muy atrás ha remontado casi treinta posiciones para meterse incluso en el top ten del torneo. Quizá todavía tenga algo que decir en su defensa del título; al menos el extremeño se ha dejado entreabierta la puerta, saliendo el domingo a cinco golpes de la cabeza y con nueve jugadores por delante en la tabla.
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Las rachas de más de cuarenta kilómetros por hora del noroeste (una dirección casi opuesta a la del viernes, cuando venían más bien del sur) han provocado una auténtica escabechina. El recorrido del Education City Golf Club se ha convertido en un test durísimo y han sido muchos los jugadores que terminaban la ronda con la cadena de la bicicleta descuajeringada. Por desgracia, entre ellos se encontraban el resto de españoles que habían pasado el corte: Gonzalo Fernández Castaño (+4), Nacho Elvira (+6) y Alejandro Cañizares (+8). Tampoco Thomas Pieters (PAR, hoy ronda de 77), uno de los claros favoritos de cara al fin de semana, pues partía hoy a tres golpes de la cabeza, se ha librado del tormento.
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La gran operación del día la han realizado el indio Bullar (-5) y el francés Antoine Rozner (-4), los otros dos iluminados que hoy le han ganado al campo con sendas rondas de 68 golpes, un auténtico pepinazo de resultado tal y como estaba el día. Ambos, por supuesto, parten mañana como candidatos a la victoria, aunque el perfil de la última jornada va a cambiar sensiblemente: también soplará el viento, pero de ninguna manera lo hará con la intensidad de hoy o la del viernes, según avisan los partes meteorológicos, así que seguro que mañana se puede ver alguna vuelta muy baja.
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Ese debe ser el objetivo de Campillo, como es lógico, que saldrá a jugar la última ronda media hora por delante del partido estelar. Y no debemos descartar que ocurra, puesto que el extremeño ha sido hoy probablemente uno de los mejores jugadores sobre el campo en esta jornada de pura supervivencia. Es verdad que ha firmado cinco birdies y cuatro bogeys, pero es que ha sido capaz de dejarse dados tres de esos cinco birdies (hoyos 4, 5 y 8), y además se le han quedado por el camino otras opciones magníficas desde distancias que iban de los dos a los tres metros. Además, también se le escapaban dos putts de poco más de un metro para salvar el par en los hoyos 1 y 9, aunque con semejantes rachas de viento el sufrimiento en los greenes se agudiza para todo el mundo.
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Jorge se ha encontrado muy cómodo desde el tee a pesar del viento y, aunque sentía que podía haber firmado el mejor resultado del día, se marchaba al hotel con la confianza reforzada y listo para la batalla final. “Cuando he visto esta mañana el viento que hacía he pensado inmediatamente que me podía venir bien. He jugado de libro, muy bien. Estoy pegándole desde el tee mejor que en mucho tiempo. Lástima esos putts cortos de par que he fallado y otros también bastante cortos de birdie. Si mañana soplara el viento de igual manera me vería con más opciones, pero el parte dice que va a soplar menos, así que creo que necesitaría hacer algo así como un 64, siete menos, y luego esperar a ver qué pasa”, ha explicado a Tengolf.
Si entran esos primeros putt y se arrima pronto a las primeras posiciones, seguro que tendrá opciones reales de defender con éxito su título aquí del año pasado. Campillo siempre es prudente y templado en los análisis y vaticinios, pero él cree todavía en la posibilidad de la remontada, condición indispensable para poder llevarla a cabo.
