En agosto de este 2021 se cumplirán veinte años de la primera victoria de Paul Casey (-17) en el circuito europeo, pero el inglés sigue encontrando el modo de subirse al tren ganador. Esta semana, en Dubai, lo ha hecho con suficiencia, después de entregar una tarjeta de 70 golpes que le ha valido para sacarle hasta cuatro golpes al segundo clasificado, Brandon Stone (-13).
Antes de nada, confirmemos una noticia. Provisional, pero noticia al fin y al cabo: ahora mismo, con esta victoria, Casey se ha metido en el equipo europeo de la Ryder a través de la clasificación mundial. Queda mucha carrera por delante, pero no deja de ser un aviso a navegantes. ¿Se trata de una buena nueva para el capitán Padraig Harrington? Por supuesto que sí. Seguro que al respecto hay poca o ninguna disensión, más allá de los gustos de cada cual. Casey es un valor seguro en cualquier equipo europeo que uno pueda diseñar.
Sergio siente que ha dado varios pasos al frente esta semana
Su triunfo, el decimoquinto en el European Tour y el decimonoveno de su carrera valedero para el ranking mundial, se resume en dos claves: por un lado, pocos han jugado esta semana los hierros mejor que él; y por otro, seguramente nadie ha entendido mejor que él los endiablados greenes del Majlis course, tan desiguales, irregulares y traicioneros.
Aún podríamos buscarle tres pies al gato, si se trata de rebañar alguna clave más. Este domingo, con los greenes algo más firmes (han ido ganando en firmeza día a día) y un viento revoltoso, sólo el finés Samooja (-10) ha sido capaz de ganar al campo de entre los diez jugadores que salían en los últimos cinco partidos, y lo ha hecho por la mínima (tarjeta de 71). Ni Robert MacIntyre (-12) o Brandon Stone (-13), los que más cercan salían del líder, eran capaces de ajustar la soga; ni tampoco llegaban ataques de esa segunda línea formada por los García, Canter, Rose, Harding, Lowry o Detry. Quiere ello decir que el veterano inglés nunca ha sentido el aliento de nadie, apenas se ha visto presionado de verdad y así siempre es más sencillo gestionar los malos momentos (que alguno ha tenido) o establecer estrategias menos arriesgadas. Los ataques más decididos venían desde muy lejos
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Sergio García (-9),en efecto, era uno de los perseguidores de quien se podía y debía esperar un ataque profundo y consistente, de principio a fin. Pero el español arrancaba con bogey en el 1 y, a pesar de sacar a pasear inmediatamente el látigo (birdies en los hoyos 2 y 3), enseguida quedaba claro que éste no iba a ser el día. Saliendo a cinco golpes de la cabeza le hacía falta una de esas rondas sólidas como el granito, pero ni el driver terminaba de estar fino, ni los hierros era definitivos y ni mucho menos el putter lo sacaba tampoco de ningún apuro, más bien todo lo contrario (¿cuántos putts de más de tres metros ha enchufado Sergio a lo largo de los 72 hoyos? Dos o tres, a lo sumo). De esta guisa, los bogeys seguían cayendo (hoyos 4, 5 y 8) y lo dejaban fuera de todo cálculo ganador.
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Tampoco se iba a librar de los errores por los segundos nueve del Majlis course, pero el castellonense sacaba buena renta en los pares 5 para terminar al menos en un más que notable sexto puesto. Algo le dice a Sergio que, tal y como han ido las cosas y con lo bien que se ha encontrado de juego por momentos, quizá se le haya escapado una buena opción esta semana, pero a estas alturas de su carrera también entiende que no merece la pena perder ni un minuto con el cuento de la lechera. Todo sea que en Arabia el putter se ponga de su lado y cante otro gallo…
