José Manuel Lara (69 golpes, -3, puesto 12º) firmaba este jueves su primera vuelta por debajo de 70 golpes desde el pasado mes de octubre, así que no es difícil imaginar su rostro de felicidad al terminar la vuelta, mientras desvelaba parte de la clave de este éxito provisional pero de enorme importancia…
“Llevo un par de años sin jugar bien, aunque sin problemas para salvar la tarjeta, pero ese no es mi objetivo. He intentado hacer cambios en el swing por mi cuenta y no me ha salido bien. Hace dos días empecé a trabajar con José Carlos Gutiérrez y me ha dicho pocas cosas, pero me están dando resultado. Me ha cambiado la posición y el ritmo en el juego corto”.
El caso es que José Carlos Gutiérrez se está ganando a pulso fama de ‘gurú’… Él no le da mayor importancia al asunto: “tampoco me extraña su resultado, por una razón muy sencilla: Lara es un extraordinario jugador”, afirmaba el profesor, que también asiste a Gonzalo Fernández Castaño, Rafael Cabrera Bello, Jorge Campillo, Pedro Oriol y Borja Etchart. De hecho, y a excepción de Etchart, todos ellos están presentes en el Open de España, así que el hombre no para por los tees, calles y greenes del Real.
Gutiérrez apenas ha trabajado en dos días unas cinco horas con Lara. ¿Su receta mágica? No existe, o quizá sí, según se mire, porque las cosas sencillas son a veces las más complicadas de aplicar: por encima de todo se trata hablar, conversar hasta llegar de común acuerdo con el jugador al diseño de una línea concreta de trabajo. Sin aspavientos ni imposiciones. Sin dramas: mientras se trabaja con el jugador en el campo de prácticas, bien el juego largo, el corto, o en el putting green, se habla y se habla…
