El European Tour repite escenario por segunda semana consecutiva. El recorrido Twenty Ten de Celtic Manor acogió hace siete días el Celtic Classic que ganó Sam Horsfield y será el escenario desde este jueves del ISPS Handa Wales Open. Es algo que ya ocurrió hace un mes en el PGA Tour. Muirfield Village repitió dos semanas seguidas como sede del Workday, con victoria de Collin Morikawa, y el Memorial, con triunfo y ascenso al Número Uno de Jon Rahm. Por cierto, ya puede sacar pecho Jack Nicklaus de su obra maestra con esos dos campeones…
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Sea como fuere, no deja de ser una absoluta rareza, razón por la que había una enorme curiosidad por saber qué iba a ocurrir en Gales. Cómo se las iba a ingeniar el European Tour para dar un giro de tuerca al campo y presentarlo en unas condiciones diferentes, más que nada para que no fueran dos semanas exactamente iguales. Pues bien, hemos preguntado a varios caddies presentes en Celtic Manor y la conclusión es que, efectivamente, esta semana el Twenty Ten se va a parecer bien poco a lo que se vio la hace unos pocos días. Eso sí, más por culpa de la Madre Naturaleza galesa que por acción del European Tour.
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El campo esta semana está más complicado que en el Celtic Classic, por lo que a bote pronto, lo normal es que los resultados sean peores. Siempre puede haber algún jugador que tenga su torneo redondo y se salga, pero será difícil que el campeón alcance el -17 de Horsfield el pasado domingo. La principal razón está en el viento. Ha cambiado 180 grados de dirección. Está soplando del suroeste, el predominante en esta zona, y esto significa que hay hoyos que se han puesto bastante más difíciles.
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Vamos con algunos ejemplos concretos. La parte final del recorrido se ha complicado de manera notable. El hoyo 15, un par 4 corto en el que prácticamente todos la ponían de uno en green, ya no es tan asequible. Sólo unos pocos, los pegadores más duros, podrían plantearse llegar de uno. El resto tendrá que pegar una salida a colocar y luego un palo corto. El hoyo 16, par 4, también está bastante más largo. El búnker de la izquierda ya no se vuela así como así desde el tee y habrá jugadores que estén pegando drive y madera 5 de dos a green. Una cosa muy seria. También se han apretado las tuercas en el 17, un par 3 que ya era exigente y ahora se ha puesto aún más complicado. Un golfista que en el Celtic Classic atacaba ese green con el hierro 6, ahora necesitará fácilmente un hierro 3 bien pegado. Por último, el hoyo 18, un par 5 al que se llegaba fácilmente de dos, ahora no será tan sencillo. Sólo los pegadores más potentes podría dejarse una opción de eagle en el green.
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Otros hoyos que se han puesto más duros son el 3, un par 3 para el que esta semana se pueden necesitar fácilmente dos palos más. Así, quien pegaba un hierro 6 en el Celtic Classic, ahora pegará en el Wales Open un hierro 4. Diferencia notable. Del mismo modo, el hoyo 4 ha pasado de ser para muchos de drive y hierro 9 a drive y madera 5 para llegar a green. También está más largo el 7, otro par 3 al que muchos tendrán que pegar un hierro 3; el 9, par 5 al que difícilmente se llegará de dos; el hoyo 10 que muchos estarán pegando un hierro 4 y el 13, que ha pasado de drive y pitching para algunos a drive y hierro 3.
A la influencia decisiva del nuevo viento hay que unir que el campo está mucho más pesado y mojado que la semana pasada, ya que ha llovido mucho en las últimas horas. De hecho, este miércoles apenas se ha podido practicar por el agua que ha caído. Como ven, la madre naturaleza ha puesto mucho de su parte en este cambio tan radical del Celtic Manor.
¿Y el European Tour qué ha puesto de su parte? Pues bien, más allá de alguna que otra bandera con la que jugarán durante la semana, los principales cambios, al menos en las jornadas de prácticas, está en los tees de salida, después veremos qué hacen durante el torneo. Por lo pronto, se han atrasado los tees de los hoyos 7, 9, 10 y 17 y se han adelantado en el 3, 5 y 13. Algunos como el 3 y el 13, pese a estar más cortos en metros, siguen estando largos por el viento y el campo mojado.
*Consultados Job Sugranyes, Íñigo Urquizu, Javier Erviti y Jesús Legarrea
