Iba hoy lanzado Alfredo García Heredia (-8) en la tercera ronda del Portugal Masters. El asturiano había comenzado con un bogey bastante tontorrón en el hoyo 1, de acuerdo, pero acto seguido encadenaba hasta cuatro birdies que lo llevaban, incluso, a las puertas del top ten provisional de la clasificación y, desde luego, ampliaban sus opciones de alcanzar finalmente el anhelado puesto 117º en la Race este domingo.
Además, el asturiano se sentía a gusto en los greenes, una sensación que no ha disfrutado demasiado en todo el año. Así, embocaba muy buenos putts de birdie en los hoyos 3, 4 y, sobre todo, en el 5, desde unos nueve metros. Todo marchaba, hasta que dejaba de marchar. Nada nuevo bajo el sol del golf.
Ocurría en el hoyo 9. El jugador español, único representante de la Armada en este fin de semana luso, se disponía a pegar el segundo tiro desde la mismísima calle. En un último chequeo se dio cuenta de que estaba alineado más a la izquierda de lo que quería, pero en vez de quitarse de encima de la bola y volver a empezar, apretaba el gatillo y, como suele pasar en estos casos, bloqueaba la bola a la derecha y fallaba el green por el lado malo. Tres segundos de indecisión al ralentí y el asunto terminaba en doble bogey y, aún peor, con el jugador asturiano muy tocado por haber caído en semejante trampa.
Todavía iba a firmar sendos bogeys en los hoyos 10 y 12, aunque el asturiano conseguía frenar la hemorragia y hasta regresar en el último tercio de la vuelta (birdies en los hoyos 14 y 16), para ganarle la partida al campo (70 golpes) y mantener vivo el objetivo de ese puesto 18º en solitario que le hace falta para efectivamente alcanzar el puesto 117º de la Race to Dubai. En todo caso, seamos francos: no lo va a tener fácil, puesto que al final del día se va a quedar a unos cuatro golpes de dicho objetivo.
Con la serenidad que caracteriza a este jugador, que hace ya mucho tiempo que entendió que es imprescindible relativizar los malos (y los buenos) momentos que se viven en un campo de golf, explicaba al finalizar la vuelta ese momento decisivo del hoyo 9. Y, quién sabe, quizá pueda servirle a alguien lo que cuenta y cómo lo cuenta… (VER VÍDEO).
