– Allá por el año 1997 los padres de Thomas Pieters pasaron unas vacaciones en Sudáfrica y se iniciaron en el golf. A la vuelta, toda la familia se enganchó al deporte de los catorce palos y así hasta hoy, cuando resulta que el pequeño Thomas ya es un junco de casi dos metros, con 23 años cumplidos (tenía cinco cuando dio sus primeros golpes) y doble ganador del circuito europeo: se estrenaba hace dos semanas en la República Checa y repite ahora en Holanda. Tiene prisa.
– El belga ha ganado, en efecto, el KLM Open después de entregar una tarjeta de 65 golpes el domingo al más puro estilo Pieters: sin guardarse nada, muy agresivo, hasta el punto de meterse en algunos problemas de pura temeridad. Cosas de la edad.
– No hace siquiera dos años que conseguía la tarjeta del circuito europeo en la Final de la Escuela, después de pasar holgado y campante por todas las fases clasificatorias; no hace siquiera año y medio que perdía ante Miguel Ángel Jiménez el play off por el triunfo en el Open de España, deshecho en su inexperiencia; no hace tanto de nada en la carrera de este joven y hoy saluda al resto del mundo desde lo alto de la clasificación del equipo europeo de la Ryder, recién puesta en marcha.
– Queda un mundo para la cita en Hazeltine, pero será divertido comprobar si hay de verdad un puñado de valientes capaces de echar a este mozo de ahí arriba, porque además lo normal es que Pieters se meta de cabeza en todas las grandes citas en 2016 para poner de verdad a prueba su potente pegada y determinación. Savia nueva, en todo caso, para el Viejo Continente. Porque si no es en Hazeltine será en París. Tiene toda la pinta.
– A solo un golpe del belga se quedaba una de las sensaciones del día, Eduardo de la Riva (-18), que igualaba con Lee Slattery en la segunda posición. El inglés coqueteó con el doblete de triunfos (ganó la semana pasada en Rusia) hasta el último putt del hoyo 72… Quizá a él le llega demasiado tarde su momento Ryder, pero está disfrutando como nunca lo hizo en toda su vida.
– De la Riva ha resuelto ya todos sus problemas. Si se permite el argot futbolero, en una sola semana ha pasado de mirar de reojo a la permanencia a apuntar con decisión a los puestos UEFA… Porque resulta que ahora tiene a tiro meterse en las Series finales y en la Final de Dubai. Ha jugado como lo venía haciendo desde el jueves en el Kennemer Golf: rematadamente bien. Hay una cifra, entre otras, que habla por sí sola: en los últimos 54 hoyos cazaba cincuenta greenes. Erró en el hoyo 13 un putt de birdie muy corto, de apenas un metro, que bien pudo haberle llevado hasta el desempate, pero de errores como estos están los campos llenos (tampoco Pieters anduvo infalible) y además el catalán embocaba otros muy buenos y bastante más largos.
– Sólo con que De la Riva pateara más veces con la soltura que lo ha hecho en estos greenes tulipanes habría que contar con él un buen número de semanas al año.
– Igual que Eduardo, Rafael Cabrera Bello (-15) es un prodigio de tee a green. Pero el canario, que salía este domingo en el partido estelar, no le saca todo el rédito a este talento que tanto ha pulido y trabajado cuando llega la hora de rematar un torneo. Cuando llega la hora de ampliar el palmarés triunfador. Su vuelta de 71 golpes, una más en el día, sería sólo una anécdota si no fuera porque este mismo año ya se ha visto unas cuantas veces en situaciones muy parecidas y en todas ellas se ha quedado algo así como atascado. Es en los greenes y alrededores donde más parece costarle al español cuando la presión aprieta de verdad.
– Quizá sólo sea que es muy difícil ganar. Pero, honestamente, este análisis resulta demasiado simple. Puede que sea una mera cuestión de matices, un punto casi insignificante de agarrotamiento, pero en los niveles en que se mueven estos jugadores esos matices definen trayectorias. La de Rafa ya es muy buena, pero dada la capacidad que tiene de ponerse mirando al triunfo, podría ser sencillamente apabullante, gloriosa.
– Alejandro Cañizares (-13) completaba por su parte una notable remontada para quedarse a las puertas del top-ten. Cañi suma y sigue.
