Alejandro Cañizares ha cerrado el Oman Open con una vuelta dominical de 68 golpes, cuatro menos en el día y sin bogeys, que le ha llevado hasta la sexta plaza final. Un resultado notable, se mire por donde se mire, pero quizá aún mejor si nos damos cuenta de que este ha sido su mejor registro en un torneo del circuito europeo, en formato stroke play, desde noviembre de 2016, hace ya más de tres años, cuando finalizaba tercero en el Nedbank sudafricano (en agosto de 2017 también terminaba cuarto en el Paul Lawrie Match Play).
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A bote pronto, las sensaciones que se ha llevado Cañi son difícilmente mejorables. “Ha sido una semana muy buena. Le he pegado muy bien, hacía mucho tiempo que no le pegaba tan bien, sobre todo a los hierros. Y la verdad es que ha faltado poco para haber estado ahí arriba, luchando por la victoria”.
Durante el fin de semana, por cierto, Cañizares se ha mostrado intratable con los segundos tiros, hasta el punto de haber cazado casi un noventa por ciento de los greenes en regulación (88,88 por ciento para un registro de 32/36). Más en concreto, el domingo sólo fallaba un green en regulación.
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Un positivo salto en el tiempo. “Es una de esas semanas en la que sientes que aún podías haberlo hecho mejor, pero hay que reconocer que cuando juegas bien siempre te parece que podías haber terminado un poco más arriba. Lo cierto es que no he estado muy brillante con el putt ni con el juego corto. Es lo que me ha faltado. Pero el juego largo… La verdad, hacía mucho tiempo que no me sentía así de bien. Y cuando digo mucho tiempo, a lo mejor me refiero a mi victoria en Marruecos en 2014… Bueno, quizá eso sea exagerar un poco, pero por ahí anda”.
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El sábado, otra de las claves. “El sábado jugué bien pero no metí putts. Tal y como estuve de tee a green, muy sólido, un -3 hubiese sido bastante normal y con ese resultado podía haber estado peleando más por el triunfo… Pero bueno, esas cosas no se pueden decir, porque al final uno hace los golpes que hace y no hay más que hablar”.
Hoy todavía sintió que podía engancharse. “Cuando he hecho el birdie en el hoyo 12, la verdad es que me he visto ahí. Estaba a dos o tres golpes y quedaban hoyos. Me he dicho, vamos, que podemos estar cerca. Luego, en el 13 he tirado para birdie un poco lejos y no lo he metido. En el 14, estaba a metro y medio cuesta abajo para birdie y no lo he metido. Justo en ese hoyo, después del dropaje de un compañero de partido, nos habían comenzado a tomar el tiempo y creo que he ido un poco acelerado, no he visto bien la caída del putt y lo he fallado. Después, en el 15, he pegado un buen buen segundo golpe y la he dejado a unos siete metros, he tirado un putt buenísimo, ha rozado el hoyo y no ha entrado. En el 16, par 5, he tirado de dos a green, me he ido al bunker, he hecho una sacada regular y me he dejado un putt de birdie de unos dos metros que tampoco he metido. En el 17, sin embargo, he sacado un gran par con una buena recuperación. Y en el 18 tenía un putt de seis metros cuesta arriba para birdie, lo he visto bien, pero no la he metido”.
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Una visita importante y una enorme motivación. “Estoy muy contento. Siento que sigo mejorando, que el juego largo está muy bien y estoy con muchas ganas, muy motivado. Mi profesor, Robert Rock, vino la semana anterior a España, estuvimos trabajando en Valderrama el lunes y el martes y me vino muy bien. Ahora toca Qatar y, ya digo, voy con muchas ganas”.
