Habría que meterse en la cabeza de un jugador que ha estado un puñado de veces para ganar y no lo ha conseguido para entender que, en efecto, no es tan sencillo lidiar esa situación. Colmar y calmar las propias expectativas… Y las de los demás.
Crónica | Campillo puede ser segundo, pero no es un segundón
Jorge Campillo, que entre otras cosas ya suma seis segundos puestos en el circuito europeo, dos de ellos este mismo año, anda en tal tesitura: todo el mundo espera que al fin traspase la línea que separa a los ganadores de los que no lo son. No son sólo los fríos números, es que el poderío de su golf lo viene pidiendo a gritos.
Vídeo | Prueba superada: era el indio, no el arco o las flechas
Lo dicho: no es fácil lidiar ese toro. Por eso, aunque siempre con gentil educación y sin un mal gesto, era un tema que rehuía. A la pregunta de si esta vez sería la definitiva, solía responder con frases más o menos hechas, cuando no con evasivas.
En las horas previas a la ronda decisiva en Rabat, encontramos un nuevo e interesantísimo matiz en la declaraciones de Jorge Campillo
En esta ocasión, sin embargo, y en las horas previas a la ronda decisiva en Rabat, encontramos un nuevo e interesantísimo matiz: Jorge no sólo ha entrado al trapo, sin complejos ni ataduras, sino que ha profundizado en la cuestión y hasta ha bromeado. Por ejemplo, dejando muy claro que, puestos a mirar al domingo, le preocupaba mucho más el resultado de las elecciones que si él ganaba o no ganaba.
Campillo se marchaba frotándose las manos…
No es ninguna tontería, sino más bien el reflejo de que en efecto parece más preparado que nunca para dar el salto. Después, casi sobra añadirlo, nada ni nadie te garantiza nada.
