Feliz Día de la Hispanidad. Eso que vaya por delante. La Fiesta Nacional coincidió con la primera jornada del Acciona Open de España y los «vivas al Rey» se escucharon en el Paseo de Recoletos y a varios kilómetros, en el Club de Campo. «Viva España, viva el Rey y viva Jon Rahm«, gritó una señora en la grada del hoyo 18 en el partido de Nacho Elvira. En ese green la bandera que ondea en el mástil es la española y la buena mujer tuvo ese arranque al que prosiguieron los respectivos «vivas». Poco festejó ahí el jugador cántabro, que salió con bogey mientras los aviones surcaban el cielo madrileño por el desfile. «¿Qué pasa hoy», preguntó un propio que estaba más perdido que el barco del arroz. El Rey estuvo en Finca Cortesín para entregar el trofeo a las europeas y abrazar a Carlota Ciganda y suponemos que se asomará por estos lares para dárselo a Rahm o a quien corresponda. Obviamente no va a venir Yolanda Díaz ni Ione Belarra ni Alberto Garzón, no sea que les termine gustando el golf y eso va en contra de sus principios. Ellos no son Groucho Marx con aquello de «estos son mis principios y, si no les gustan, tengo otros». Como Pedro Sánchez, vaya.
Pasó por mis narices Marcel Siem al terminar el 15 y parecía que había hecho doble bogey. Iba relatando en alemán («nein, guten morgen, gern geschehen»… escribo lo primero que me sale en Google) por fallar un putt de birdie de cuatro metritos. Tranquilo, hombre. Marchaba -1 y terminó con cinco menos. Siempre es un espectáculo verlo porque se agarra unos cabreos que no sé cómo no se le cae el moño de los disgustos. Qué sufrimiento, por Dios. Más enfado debió pillarse Adri Arnaus en el partido que venía justo después al perdonar un birdie a menos de un metro y el hombre prefirió que la procesión fuera por dentro y apenas mudó el gesto, aunque creo que no le habría venido mal hacerlo. Terminó con birdie al 9 y bajo par, así que ole por él.
«¿Qué es un Twitch?», pregunta María Acacia López-Bachiller, histórica jefa de prensa del Circuito Europeo. «Un baile», bromea un periodista de la vieja escuela. A Mariaca le han pedido que haga un Twitch y allá que va a la aventura. Cuánto han cambiado los tiempos y cómo se echan de menos los tablones de resultados, poniendo y quitando números (cla, cla, cla) de la pared. Ahora está todo informatizado, le das a F5 en el portátil y lo actualiza en menos que canta un gallo. El golf se ha modernizado, se mide al dedillo cada dato, la distancia, el vuelo, la forma del swing, los tres mil tics para patear… Todo se computa. Y sentimos nostalgia por un tiempo pasado que no fue ni mejor ni peor sino todo lo contrario. Diferente, instintivo. Es otra época y los jugadores están preparadísimos física y técnicamente. Pero, ay, aquellos tablones con los resultados, Mariaca…
