Hace justo un año Haotong Li (-20) estaba en medio del peor momento de su carrera deportiva. Había fallado ocho cortes consecutivos y aún le quedarían seis más por delante para cerrar una racha de 14 semanas seguidas sin ver la luz del sol. Este domingo saldrá como líder del BMW International Open de Alemania con tres golpes de ventaja sobre Thomas Pieters, cuatro sobre Jordan Smith y cinco sobre Ryan Fox y Darius Van Driel. Normal que al vibrante golfista chino ahora mismo lo que más le importe sea disfrutar sin ponerse más expectativa por delante que el siguiente golpe.
Que hace un año Haotong estaba hecho unos zorros es una realidad tan impepinable como que su liderato hoy en Munich a falta de 18 hoyos no debe coger por sorpresa a nadie que siga mínimamente el Circuito Europeo. Hace tiempo que Li está de vuelta. Concretamente, todo empezó en su casa a finales del año pasado, en el Volvo China Open. Allí acabó segundo y desde entonces las piezas empezaron a cuadrar. Ha jugado doce torneos, ha fallado sólo tres cortes y ha quedado cinco veces entre los 20 primeros, con tres top 10. Viene avisando…
Haotong es un jugador con ADN ganador. Desde que sumó cuatro triunfos en el PGA Tour China de 2014 y dio la voz de alarma al mundo de que quizá al fin el gigante asiático había encontrado un proyecto de campeón de un Grande. De momento no lo ha conseguido, pero no hay que descartarlo. Es cierto que hace tiempo que no se encuentra en esa tesitura, pero no es nuevo y ya ha demostrado muchas veces que le sobran agallas.
Hoy mismo se le ha visto en el 15. Ha fallado la calle por muchísimo, ha terminado en la calle del hoyo que venía por la izquierda y se ha jugado el bigote con tiro de más de 180 metros, con efecto de izquierda a derecha, por encima de los árboles, completamente fuera de situación para dejarse una opción de birdie. También lo ha demostrado en el 18. Ha pegado un golpe extraño de salida, no ha terminado de empalar la bola, se ha comido unos árboles y ha tenido que dropar junto a un área de penalización. En su tercer golpe, después del dropaje ha ido a por todas, sin hacer demasiados cálculos, y ha estado cerca de liarla de nuevo. Se ha salvado y al final ha terminado firmando un bogey que no le debe saber ni mal.
Haotong Li es un jugador imprevisible y visceral, por lo que nos creemos todo lo que pueda ocurrir el domingo. Puede ganar con seis golpes de ventaja o hacer 80 y terminar fuera del top 10. Es más posible lo primero por la sencilla razón de que está jugando bien y su confianza anda muy alta, pero también ha pegado algún tiro raro en el día de hoy… Y la presión más grande será mañana.
Sea como fuere, nos espera un domingo de emociones fuertes en Munich. Los jugadores que están arriba no son precisamente de jugar con el reloj, de ir haciendo cuentas entre golpe y golpe. Van a saco. A todo lo que dan. Salga bien o salga mal. Por lo que el domingo apunta a vibrante. No pidan a Pieters que sea comedido, y eso que últimamente tira más del freno de mano que antes. O a Smith, un golfista capaz de subirse a trenes interminables de birdies. O qué decir de Ryan Fox… Pura excitación.
Pablo Larrazábal (-12) anda algo lejos como para pensar en la victoria, pero si consigue un arranque de vuelta como el de hoy sábado, con seis birdies en once hoyos, ninguno desde más allá de tres metros, cuidado. Cierto es que después se enfrió la pólvora, pero hay que esperar todo de Pablo cuando se sube al tee del 1 de Munich. Anda, además, algo enrabietado por todo lo que ha ocurrido esta semana, y cuando consigue canalizar esa energía en el golf puede ser un volcán.
