El 21 de noviembre de 2021 fue domingo y Adri Arnaus estaba jugando la última ronda del DP World Tour Championship, la Final de Dubai. Terminó con un vueltón de seis bajo par para meterse en el top ten del torneo. Un gran resultado. Sin embargo, el golfista español se marchó de Jumeirah mucho más preocupado que contento.
Sus muñecas, especialmente la izquierda, le habían quitado el sueño. Había dolor, mucho, y le costó una barbaridad acabar el torneo. De hecho, como quien dice, pocas horas antes del torneo estuvo en Barcelona pasando una última revisión para decidir si podía jugar.
Aquel top ten tiene mucho mérito por cómo se encontraba, pero le hizo plantearse la pretemporada de una manera muy diferente a la habitual. El swing y los ajustes técnicos pasaron a un segundo plano y se concentró en encontrar la manera de proteger sus muñecas para la siguiente temporada y mejorar su equipo de trabajo. Ha sido una pretemporada de despachos y gimnasio más que de campo de golf.
Arnaus sabía que antes o después iba a tener que parar si no buscaba un remedio para esas molestias en la muñeca y empezó a ver a especialistas para encontrar la mejor solución. Obviamente, el quirófano prácticamente no entraba en la ecuación, por lo que realmente perseguía a una persona que le ayudara a mejorar su condición física para, en consecuencia, proteger sus muñecas.
Adri pulsó varias opiniones, tal y como hace en muchos aspectos de su vida, y acabó contratando los servicios de Carlos Quevedo, un preparador físico especializado que también trabaja con Sebastián García Rodríguez. De hecho, llegó a él precisamente a través del golfista madrileño. Sus buenas referencias fueron clave para tomar la decisión. «Lo primero que me dijo es que tenía que fortalecer la parte izquierda y alta de la espalda para proteger la muñeca. Me gustó lo que me contó y nos pusimos a trabajar», asegura Arnaus a Ten Golf.
El segundo ‘fichaje’, relacionado también con las muñecas y, en general, con la condición física, fue el fisio de Victor Perez. Arnaus había sentido en varios torneos del año pasado que, además de los fisios del European Tour, que realizan un gran trabajo, le vendría muy bien tener el suyo propio para semanas puntuales. Un buen ejemplo fueron los Juegos Olímpicos. Arnaus llegó con una ilusión tremenda, pero una molesta tortícolis le acabó afectando a su rendimiento en el torneo. Pequeños detalles que pueden marcar la diferencia y que, teniendo allí a su propio fisio, los podría haber solucionado.
El equipo de Arnaus ha crecido mucho y no sólo en la parcela física. También ha contratado a Edoardo Molinari para controlar sus estadísticas. El mayor de los hermanos Molinari hace tiempo que triunfa en esta parcela con un sistema de trabajo de su propia invención y son muchos los jugadores que se ponen en sus manos. Por último, sigue con Nacho Garrido, que se encarga de mantener a punto su swing y preparar el trabajo diario, Joseba del Carmen, su psicólogo, y Xabi Gorospe, su caddie con el que ha conseguido una muy buena química. «No sólo es lo que me aporta en el campo, sino también fuera de él. Nos los pasamos bien juntos y eso es importante», señala.
El balance del torneo de Abu Dhabi, en este sentido, ha sido positivo. Empezó algo desorientado en las primeras vueltas. Apenas había trabajado en su swing los últimos siete días y prácticamente no había simulado la competición. Le costó entrar en ‘materia’ en el torneo. Sin embargo, en la última vuelta consiguió romper con un gran resultado de 65 golpes. En cualquier caso, lo más importante de la semana es que las muñecas no han dado problemas, por lo que se reafirma que el trabajo físico que viene realizando está en la buena dirección. Arnaus se marcha de Abu Dhabi más tranquilo y con confianza, aunque tampoco quiere vender motos al amparo de esa gran última ronda. Tiene claro que esto va a ser un proceso largo y en el que necesitará paciencia.
