Semana de European Open en un recorrido, el campo Norte del Green Eagles Golf Courses, cerca de Hamburgo, al que sin duda hay que concederle ya la etiqueta de uno de los más complicados del año. Así se ha ido demostrando edición tras edición. Tom McKibbin, ganador en 2023, triunfaba con un acumulado de -9; y Kalle Samooja, que vencía en 2022, lo hacía con un acumulado de -6. El top ten de la clasificación final se alcanzaba en ambos casos con acumulados de -2 y -1, respectivamente. Dicho de otro modo, cuatro vueltas de 72 golpes (estamos hablando de un par 73) pueden ser un auténtico pelotazo…
Nos encontramos ante un auténtico monstruito que desde los tees más retrasados se va por encima de los 7.200 metros, un metraje sólo superado en la presente temporada por el del Blair Atholl Golf, donde se disputó el Abierto de Sudáfrica, que puede irse hasta los 7.527 metros, pero que está situado a más de 1.300 metros de altitud, por lo que casi podría restársele un diez por ciento de longitud.
De hecho, el campo Norte del Green Eagles no necesita sacar todas las garras o enseñar todos los dientes y se va a jugar con un metraje medio de unos 6.800 metros, pues se adelantan algunos tees. Lo que ocurre es que, un año más, el campo está muy húmedo y las bolas corren lo justo por las calles, así que puede igualmente hacerse un campo endiabladamente largo.
Además, no hay que olvidarlo, estamos hablando de un recorrido cuajado de obstáculos de agua, que entran en juego en al menos catorce de los dieciocho hoyos. Un test durísimo, a pesar de que se jueguen hasta seis pares 5 (hoyos 4, 9, 11, 15, 16 y 18). El año pasado, sin ir más lejos, tres de esos seis pares 5 (hoyos 4, 9 y 16) se jugaron con una media de golpes por encima del par en el acumulado de las cuatro rondas. En el 16, un morlaco de más de 600 metros, un pegador por encima de la media en distancia del circuito estaba jugando ayer driver, madera 3 y blaster entero…
Lo dicho: cuatro rondas de uno bajo par pueden ser un excelente registro al final de la semana. Incluso dos rondas al par y dos de uno bajo par podrían llevarte al top ten final. Un curioso simulacro de US Open a la europea, hablando mal y pronto, precisamente a dos semanas de la disputa del tercer Grande del año en Pinehurst.
La Armada española llega lanzada después de que Adrián Otaegui y Nacho Elvira hayan ganado en China y Bélgica los dos últimos torneos del calendario regular del DP World Tour. Este tipo de ‘vasos comunicantes’ no deberían existir en un deporte individual como es el golf, de acuerdo, pero haberlos, haylos, como las meigas. De eso sabe mucho un gallego como Santi Tarrio, que precisamente fue el mejor español en la última edición, saliendo el domingo en los últimos partidos a tres golpes de la cabeza. No deja de ser curioso que Tarrio fuera protagonista en el campo que se juega más largo del año, pues él no es un gran pegador. No todo es la potencia: esta semana cuentan mucho la estrategia, los wedges en los terceros tiros de los pares 5 y, por supuesto, la eficiencia con los hierros medios y largos, parcelas en la que el gallego destaca. «Se me dan bien los campos muy difíciles y que los pares sean buenos. Puede que yo no sea un gran pegador, pero precisamente por eso me viene bien que los demás tampoco la pongan de dos en green en todos los pares 5. Y, mucho ojo, porque vienen curvas: esta es la vez que más difícil veo el campo», explica Tarrio.
El hat trick, una tercera victoria consecutiva del golf español en el calendario regular del circuito europeo, se antoja complicada. Pero bien mirado ni más ni menos que cualquier semana, si atendemos a la solvencia de la Armada y al buen momento de forma de muchos de sus componentes. Además de Tarrio, buscarán ese tercer triunfo Adri Arnaus, Alejandro del Rey, Nacho Elvira, Manu Elvira, Pablo Larrazábal, Rafa Cabrera Bello, Adrián Otaegui, Sebas García, Ángel Hidalgo, Iván Cantero y Alfredo García Heredia. Los precedentes, eso sí, no acompañan demasiado. El mejor resultado de un español en las seis ediciones del European Open que se han disputado en este campo es un quinto puesto de Otaegui en la primera de ellas (2017).