Después del subidón de la Ryder el calendario del circuito europeo retoma la normalidad. Y lo hace con una de sus citas más glamurosas, el Alfred Dunhill Links Championship…
Y conviene ponerse las pilas y bajar el cuero al suelo, porque la crisis no parece haber afectado a este torneo y la bolsa de premios es aún más jugosa que en años anteriores. Más de 600.000 euros va a llevarse el ganador y, en general, se manejan unas cifras que pueden dar la vuelta como un calcetín a la temporada de más de uno.
El formato no ha variado. Se juega en tres escenarios, el Old Course de St Andrews, Carnoustie y Kingsbarns, y cada profesional va acompañado de un amateur durante las tres primeras jornadas, disputándose la cuarta y definitiva también en el Old Course. Entre los amateurs abundan los nombres de postín: deportistas, actores, empresarios… Este año destaca la presencia de Michael Phleps, que juega junto a Paul Casey.
Ahora bien, suele ocurrir asimismo por estas fechas en Escocia que el tiempo no acompañe. En este aspecto, de glamour más bien poco. Y las previsiones así lo confirman: temperaturas máximas de 11 grados, viento y un poco de agua.
Del equipo europeo ganador de la Ryder están presentes Hanson, Kaymer (ganador aquí en 2010) y Paul Lawrie, así como sus cuatro vicecapitanes, Jiménez, Clarke, McGinley y Bjorn. También está un americano, Dustin Johnson, que al margen de los ‘compromisos firmados ineludibles’ que pueda tener, se está empeñando en cogerle el pulso a los links escoceses, pensando en el British.
Miguel Ángel Jiménez, Nacho Garrido y Pablo Martín inician mañana la competición en el Old Course. Rafa Cabrera Bello, Gonzalo Fernández Castaño, Pablo Larrazábal, Álvaro Quirós y Carlos del Moral lo hacen por Carnoustie. Y José Manuel Lara, Alejandro Cañizares y Jorge Campillo en Kingsbarns.
Algunos jugadores como Quirós, Cañizares y Campillo andan cerca de esas sesenta primeras plazas de la Race to Dubai, así que una buena semana puede ser casi definitiva pensando en ese objetivo. Precisamente, Álvaro Quirós ha superado unas molestias en la espalda que, incluso, le habían hecho dudar de su participación en el evento.
