Cuando no era uno quien clavaba el tiro, era otro. Si no los tres a un tiempo. Desde el tee, desde el fairway e, incluso, cuando tocaba, desde los alrededores de los greenes. Excelente golf el que han desplegado los tres jugadores del partido estelar de la mañana de la primera jornada del Mutuactivos Open de España, compuesto por Adri Arnaus (-6), Jon Rahm (-5) y Rafa Cabrera Bello (-5). Hasta el punto que, una vez que Rahm hacía el birdie en el hoyo 8, el penúltimo de su vuelta, los tres españoles aparecían aupados en lo más alto de la clasificación. Muy sencillo de decir, pero casi imposible de experimentar, eso de que los tres jugadores de un mismo partido empaten en el liderato un jueves por la mañana. Si a la ecuación añadimos que se trataba de tres españoles y en el Abierto de nuestro país, para qué hablar…
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Más de quinientos aficionados acompañaban a este partido desde el tee del 10, por donde salía a las 9,30 de la mañana, cifra que pronto se vería multiplicada por dos, y por tres, y por cuatro, y por cinco, según pasaban los hoyos. Nadie se habrá arrepentido de su elección después de aplaudir a rabiar hasta 16 birdies y un eagle y de sufrir sólo relativamente con los dos escasos bogeys que sumaban entre los tres.
El Club de Campo Villa de Madrid, un recorrido con más ‘guasa’ de la que parece…
Después, el joven noruego Kristian Krogh Johannessen (-8) vendría como una exhalación, cerrando la ronda con cuatro birdies por sus últimos seis hoyos, para arrebatarle a Arnaus, que había cerrado con birdie en el 9, el liderato en solitario. El nórdico necesita algo más que un empujón para mantener los derechos de juego del circuito europeo que se había ganado el año pasado en la Final de la Escuela, y desde luego ha dado con la senda acertada en el Club de Campo Villa de Madrid, cuyos greenes han lucido espléndidos. Rápidos y duritos.
Una parada en boxes clave para poner a punto de nuevo el bólido
Cada cual marchaba según su libreto de estilo. Rafa, pleno de ritmo y algo más corto que los otros dos pura sangre, pero muy acertado en los disparos cortos, en torno a los noventa metros: a punto estaba de embocarla en el 15, aunque curiosamente luego fallaría el putt de birdie; y luego se dejaba dado el birdie en el 18. Arnaus, pegando duro y buscando alguna línea arriesgada, como la del hoyo 6, donde se saltaba el dog leg izquierda con una espléndida madera. El de Moià, además, estaba pateando con temple, sobre todo durante los dos primeros tercios del recorrido, muy metido y motivado, sacando puños aquí y allá. Y Jon, mostrando algunos desajustes con los segundos tiros, pero poderoso al fin y al cabo. Con él ocurre en ocasiones que no parece que esté haciendo nada del otro mundo, pero después resulta que ya le está enseñando la matrícula a la mayoría. En el hoyo 6 el vasco también iba a sacar un buen puño a pasear después de salvar un par en una situación muy delicada, pateando desde unos tres metros.
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El recorrido Negro del Club de Campo ha dado (está dando) la talla. Como Cabrera Bello señala, es un campo “con sabor antiguo, es cierto, pero que con algunos retoques en los tees se conserva competitivo y no te va a hacer muchos regalos”. Al finalizar el turno matutino eran 37 los jugadores que habían ganado al campo, una cifra importante pero que en ningún caso es ‘escandalosa’. El campo puede y sabe defenderse. Dispone de las herramientas necesarias.
Rafa salva esos cinco momentos cruciales que definen el signo de una vuelta
Cabe destacar también el 67 de Samuel del Val (-4) y el 69 de Mario Galiano (-2), otro jugador de la misma generación que Rahm y Arnaus que antes o después quizá pueda subirse al mismo carro. O a uno muy similar.
