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Una parada en boxes clave para poner a punto de nuevo el bólido

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Jon Rahm, durante la primera ronda del Mutuactivos Open de España.

Si usted tiene la ocasión de cruzarse con Jon Rahm después de jugar 18 hoyos y ve que el de Barrika encamina sus pasos a la cancha de prácticas, malo. Algo pasa. Houston, Houston, tenemos un problema. Jon no es amigo de pasar las horas muertas tirando bolas. Prefiere el entrenamiento de calidad, cortita y al pie, y sobre todo cuando se encuentra en semana de torneo. El golfista vasco es de los que trabaja más duro cuando no tiene torneo y en las semanas de competición intenta reservar al máximo sus energías.   

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Por este motivo, cuando ayer terminó de jugar los 18 hoyos del Pro Am y se dirigió a la cancha de prácticas se encendió una luz roja. Había una vía de agua. “Si me llegas a decir ayer que hoy iba a jugar tan bien, no me lo habría creído”, afirma con sinceridad.

Jon estaba fallando por la izquierda, algo así como su talón de aquiles. Cuando esto sucede es que algo no va a bien. Es la sensación que más le incómoda. Por ello se fue a la cancha, para encontrar la manera de corregir el error. Bingo. Rahm se conoce bien y no tarda demasiado en encontrar la pócima mágica. Fue una parada en boxes crucial.

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La corrección técnica la explica el propio Rahm. Lo hace en cristiano, para que todos lo entiendan. “La sensación que busco es la de mantener la cabeza del palo por fuera de las manos, así consigo no doblar demasiado mis muñecas, que es un defecto que tengo”, asegura. La sesión en la cancha fue un éxito y hoy el bólido ha vuelto a correr a todo gas por el campo de golf. “Hacía mucho tiempo que no me encontraba tan cómodo pegando a la bola”, asegura.

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Una vez más la delgada línea que rige este deporte. No crean que el cambio es brusco, de hecho seguramente es imperceptible al ojo del humano corriente. “Es tan pequeño el cambio que la diferencia entre mi swing de ayer no lo notarías”, asegura. El que sí lo nota y de qué manera es Jon. 67 golpes. Cinco bajo par. Y metido de lleno en la pelea por el torneo.

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