Ángel Hidalgo (-11) ha cerrado una más que convincente tercera vuelta de 69 golpes en el Hero Dubai Desert Classic, resultado que lo mantiene dentro de los últimos partidos de la cuarta ronda que mañana, lunes, dictará sentencia. El malagueño, al fin y al cabo, saldrá a cuatro golpes del líder en solitario (y destacado), Rory McIlroy (-15), así que ni siquiera se le debe descartar para el triunfo final, lo que en sí mismo, después de 54 hoyos, ya es todo un éxito para este jugador, que no deja de ser un recién llegado a la primera división.
El joven español, que protagonizaba una de las grandes historias de 2022, haciéndose con los derechos de juego en el DP World Tour sin tener una categoría completa, no pierde de momento esa capacidad para sorprenderse por todo, para paladearlo todo, para disfrutar la experiencia cada día, casi a cada paso. Y poco a poco va acumulando vivencias que hasta hace nada no eran más que ilusiones, sueños, deseos…
Aquel primer top 5, a las primeras de cambio, aunque fuera en un torneo que se redujo a dos vueltas (Joburg, diciembre de 2021); aquel primer top ten a cuatro rondas en el circuito europeo (Cazoo Classic, julio de 2022); aquellas tercera y cuarta jornadas en Valderrama, saliendo en el partido estelar…
Esta semana tocaba, por ejemplo, salir a jugar con Ian Poulter en la tercera ronda de un torneo de las Rolex Series y en uno de los últimos partidos. El nombre y la presencia del inglés no es cuestión menor. “Poulter está para mí en el top 5 de mis jugadores preferidos… Por eso estaba un poco intimidado en el tee del 1, cuando me ha saludado”, explica el andaluz.
Después, a la hora de la verdad, su ídolo le ha puesto fáciles las cosas, incluso marchando más bien atrancado por los primeros nueve, dándole conversación y animándolo. Pero es que además, nadie vaya a creerse, Ángel Hidalgo está en efecto por la labor de disfrutar y de exprimir al ciento por ciento cada experiencia, pero eso no significa que vaya despistado o que pierda de vista los objetivos. Digámoslo de otra manera, para entendernos: va flipando, pero no es un ‘flipao’.
Una cosa es valorar y paladear el hecho de ir jugando por detrás de Rory McIlroy, al que seguía toda una muchedmbre, tal y como le ha ocurrido hoy en el Emirates Golf Club, y otra muy distinta dejarse deslumbrar y perder la noción del juego. Ángel, de hecho, ha jugado un gran golf, y eso sin sacarle todo el partido al driver, con lo que luego se dejaba segundos disparos muy largos (casi doscientos metros tenía en el 16, sin ir más lejos. Es más, de haber embocado dos o tres putts cortos o muy cortos, se habría metido sin ningún problema en el partido estelar (VER VÍDEO).
Mañana, jugando en el antepenúltimo partido, de nuevo junto a Poulter y también con Adri Arnaus, las cosas saldrán como tengan que salir, pero no parece que este muchacho vaya a hacerse pequeño por el camino.
