Asumimos que el golf es con toda seguridad el deporte más incierto, el más desconcertante, aquel en el que más sorpresas pueden darse. Así que un triunfo de Ángel Hidalgo (-13) este domingo en el Open de España no debiera dejar en fuera de juego a nadie, mucho menos saliendo el malagueño como líder en solitario, con dos golpes de ventaja sobre sus inmediatos perseguidores. Tampoco que pudiera cantar victoria David Puig (-10), el tercer componente del partido estelar junto a Hidalgo y Jon Rahm (-11). Ni siquiera es descartable que apareciera un iluminado desde una segunda o tercera línea, firmara un 61 y los dejara a todos con un palmo de narices…
Pero en este torneo, desde hace unos cuantos años, desde 2018 para ser más exactos, las certezas son más certezas porque hay un tipo que se ha convertido en el gran acaparador. De la atención, de los medios, de los aficionados, y sobre todo, por encima de todas las cosas, de los resultados. Jon está disputando por sexta vez el Open de España, lo ha ganado ya tres veces en sus primeras cinco comparecencias y su acumulado en este torneo es de -105 en 23 vueltas, un verdadero disparate, porque la simple división nos revela que este muchacho, en este torneo, sale a una media de 4,5 golpes por debajo del par en cada ronda. Pues eso, un fabuloso dislate.
A favor del de Barrika juega el hecho de que sus dos principales rivales, Hidalgo y Puig, no se han visto en otra igual. Ninguno de los dos ha salido en el partido estelar de un domingo en el DP World Tour, y mucho menos, claro, en un Open de España, una cita en la que, para ellos, el torrente de emociones es todavía más caudaloso. “Pero bueno, si quieres hacer cosas grandes en este deporte, antes o después tendrás que superar este tipo de situaciones que se van presentando”, señalaba Rahm una vez firmada esa espléndida tarjeta de 65 golpes, el segundo mejor registro del día justo cuando las cosas se van poniendo serias de verdad, en la jornada del movimiento.
“Jon, en un noventa y nueve por ciento de las posibilidades, va a jugar muy bien al golf mañana, así que si quiero ganar tengo que jugar el mejor golf de la semana”, reconoce Hidalgo. Más allá de si el vasco va a jugar muy bien o no tan bien, lo que sí puede ser elevado científicamente a un porcentaje concreto es que Jon, en el recorrido Negro del Club de Campo, ha jugado 19 vueltas de competición y su media de golpes en este campo es de 66,52 golpes (sólo en dos ocasiones ha firmado registros por encima del par, sendas tarjetas de 72 golpes).
No es el recorrido del Club del Campo el más complicado del año para los profesionales, desde luego, aunque tiene su miga y puede cazar al más pintado si no anda fino. Pero Rahm, hay que reconocerlo, lo juega con una determinación infinita, con una seguridad desproporcionada, incluso para sus estándares de gran dominador. Es imposible, por tanto, no concederle la vitola de gran favorito, incluso saliendo mañana a dos golpes de un líder que ha dado muestras más que suficientes esta semana de sus capacidades. Y de su coraje.
